Estoy metiéndome en un problema grave o eso presiento. He avanzado mucho a base de esfuerzo y disciplina. Todo me ha costado mucho trabajo, mucho de todo y no me detuve. Me harte de la eterna excusa de "No tengo dinero" que me puse buena parte de mi vida y la pasé por alto: si había que prescindir de lujos lo hice, si había que trabajar horas extras lo hice, si había que empeñar anillos de graduación inservibles lo hice. Si había que acudir con una fila de especialistas, uno tras otro, cada uno más caro que el anterior lo hice y nada me detuvo. Las tarjetas se llenaron y se vaciaron, se llenaron y se vaciaron, una y otra vez. Una y otra vez.
El asunto es que me ha funcionado. Ahora sé que es momento de detenerme. Puedo seguir a un ritmo más lento. Puedo pero no quiero. Ahora quiero más. Ya no me basta un gimnasio y el instructor de base que trabaja ahí ¿por qué habría de conformarme cuando puedo contratar al entrenador profesional aunque cobra el doble? Ya no me basta una alimentación saludable ¿Por qué habría de hacerlo cuando hay tantas tendencias más saludables aunque más caras que pueden hacerle mejor a mi cuerpo? Ya no me basta relajarme a solas ahora quiero la terapia de meditación que promueven especialistas de otros países. Ya no me basta intentar hacer amigos en un lugar público y común, quiero la membresia de un club: quiero los mejores amigos que pueda tener. Ya no me basta nada, quiero más. Y todo cuesta dinero. Mucho dinero, más dinero del que tengo a mi alcance en una proporción saludable; es decir, en una cantidad tal que no acabe sobregirando las tarjetas y siendo demandada por el banco por no poder pagar.
Estoy en un ataque de ansiedad en este momento. ¿Qué hago? ¿Se ha convertido el dinero en mi nueva muleta? ¿Cómo me detengo? ¿Debo detenerme? ¿Tiraré todo mi avance por la borda si me detengo?