El límite entre lo patológico y lo normal (si es que existe tal cosa) es bastante tenue.
Es alucinante cómo varios enfermos mentales están catalogando a una persona desconocida como enferma mental grave porque su percepción de la realidad es diferente (y ojo, que yo no creo mucho en historias de esas de muertos).
Luego os quejaréis de que nadie os comprende y a llorar, buah buah...Menuda empatía.
Para saber si está esquizofrénica habría que verla en la vida cotidiana, si además de ver fantasmas tiene rituales repetitivos, es capaz de relacionarse socialmente (eso que tan bien hacemos aquí, ¿verdad?
) y si en su vida sexual se comporta de forma extraña, por ejemplo.
Lo de ir al psiquiatra, pues sí, pero casi es un peligro vistos los loqueros que diagnostican con el culo como me ha sucedido a mí varias veces.