Hola buenos días... Pues ésta es nuestra situación: Un día chateando por un chat en inglés, mitad por no perder el idioma y mitad por no aburrirme, me encontré a esta chica, de Nueva Zelanda, estando yo en España...
Es dos años mayor que yo (27 me cumplió hace un mes), recién acabados sus estudios en la universidad, inteligente, sensible, con una capacidad para describir y analizar sentimientos pasmosa, de buen corazón... Y para rematar, tiene una de estas bellezas que puede llegar a pasar desapercibida entre la multitud, pero cuando la tienes entera para tí es sobrecogedora.
Desde el principio intentamos ser maduros con el hecho de que estamos a 20.000 kms el uno del otro, pero la verdad es que la idea de olvidarnos del otro era mucho mas dolorosa que la de estar juntos, así que, de la forma mas justa y coherente para ambos, estamos llevando esta relación para adelante; nos escribimos un correo todos los días e intentamos chatear mínimo unas 3 noches a la semana, en las cuales nos "acostumbramos" a eso de ver nuestros gestos y reacciones por webcam; en ocasiones nos hemos pasado la noche en vela hablando (que no escribiendo), cuando nunca pensé que mis cuerdas vocales aguantarían 10 horas seguidas con nadie en el mundo. Tenemos proyectos de vernos este verano, y a partir de entonces estar mas juntos el uno del otro hasta que podamos vivir al menos en la misma ciudad. En ese aspecto estamos "tranquilos" de que todo va a funcionar y salir bien.
Han pasado tres meses desde que la conocí e hicieron falta uno para tomarnos como pareja, y dos para que me contara por qué rehuía tanto las conversaciones sobre su familia o su pasado mas reciente: Mi chica tiene TOC. De pequeña tuvo algún síntoma, sin embargo siempre consiguió mantenerlo oculto; discusiones con sus padres y hermanos parecen ser la raíz que hizo aflorar su TOC, hasta que en ciertos momentos de crisis se sorprendía lavándose las manos durante horas; a esto le podían seguir tareas nocturnas como vagabundear por la casa, caja de clinex en mano, para abrir pomos de puertas o no tocar la "suciedad" o "contaminación" que "causaban" el resto de su familia, o esquivar las zonas mas pobladas de la casa para evitar el contacto con la "contaminación". La ducha, su habitación de la tortura como llegó a nombrarla ante mí, la llegó a tener exhausta tirada en el suelo bajo el grifo sin saber que hacer durante 16 horas, incluso.
Atrás en su historial se han quedado los años en los que no pudo continuar en la universidad, tandas de 4-5 días en las que no comía nada más que agua, encerrada en su cuarto repasando listas mentales sobre cosas que "tenía que hacer" que a menudo se hacían tan largas que tenía que escribirlas, horas decidiendo en qué orden colocar los libros de una estantería, un año en el que salió de casa sólo un puñado de veces, incluso me comentaba que hacía todo como a cámara lenta, y que no podía fiarse ni de sus propios sentidos, teniendo necesidad de cerciorarse de nuevo de que había llevado a cabo sus rituales... Hasta que la situación se hizo tan violenta en casa que sus padres la obligaron a tomar terapia, a ingresarla en el área psiquiatrica del hospital contra su voluntad escoltada por un coche policial; pasó una temporada allí, con tratamiento, terapia, y un procedimiento por el cual "debían" vigilarla cada 10 minutos para ver si estaba bien como parte del tratamiento en el hospital. Verse de repente en esa situación, muchas veces con fármacos incorrectos, le llevó a tomarse la caja completa de medicación, lo que la llevó a DOS sobredosis. Me saltan las lágrimas sólo pensando que sería de mí ahora sin ella.
Ahora parece que todo va "bien"... apenas tiene síntomas, desde que nos conocemos dice que nunca se ha sentido tan feliz en su vida ni tan amada, y que sólo ha sucumbido al impulso de lavarse las manos en una ocasión; lleva desde hace unos 3-4 años tomando medicación/antidepresivos y atendiendo a terapia con su psicóloga. De todo esto sólo tiene buenas palabras, dice que la gente del hospital fue en realidad como ángeles cuidando de ella, y que el tratamiento le salvó la vida. Bueno es saber que no rechaza el tratamiento, que es consciente de lo que le pasa y sobre todo, que quiere curarse.
Aun así, últimamente ha empezado terapia familiar (además de la que ya lleva a cabo con su psicoterapeuta) con sus padres para intentar arreglar un poco las cosas ahora que todos son mas conscientes de lo que pasa, y por lo visto está siéndole muy duro (el último lavado de manos exhaustivo vino al llegar a casa de esa sesión, tras evitar llegar a casa hasta que sus padres no estuvieran acostados, para no tener que enfrentarse de nuevo a ellos)... Y yo que no puedo hacer mucho estando a la distancia me desvivo por hacerla la chica mas feliz del mundo... La verdad es que la quiero muchísimo, la animo en todo lo que puedo e intento siempre ser la mejor pareja posible para ella y aunque ahora no es un caso GRAVE ahora mismo, sí que os pido consejo...
¿Que puedo hacer en mi situación? ¿Es mejor que la presione un poco para hablar sobre ello o que deje que ella lo vaya soltando poco a poco? ¿Hay alguna forma de involucrarme más que sea realmente útil? ¿Alguna historia o experiencia personal o consejo que me podáis dar?
Mil gracias a todos por vuestro tiempo para leerme, suerte y ánimos para todos, ojalá seáis tan felices como somos nosotros dos!
Un saludo!