Vagando por internet encontré un post sobre la timidad, lo que me hizo recordar mi pasado. Yo sufría de fobia social, pero pude superarlo y ahora tengo una timidad "moderada" digamos. Sigo trabajando en el asunto y sigo mejorando. Por ejemplo, hoy en día puedo hacer preguntas al profesor de la facultad, aunque dependiendo de cuantos alumnos haya en clase. Por lo general si son cerca de 15 no hay problema. También influye como me encuentre en el día, mi autoestima. Pero en el pasado hasta me era muy, pero muy difícil salir a la calle.
Me puse a pensar y a imaginar que debe haber gente en ese estado en el que estaba, por lo que quiero compartirles mi experiencia. Esto no es algo de lo que no se pueda salir, no piensen que van a estar en esa prisión toda la vida, mas bien piensen en luchar, en hacer algo, salir adelante y superarlo, porque se puede.
Desde chico fui tímido, pero cuando entré en la adolescencia el problema se fue agrandando más y más. Me importaban cosas como: no caerle mal a la gente, que pensarán de mi, tengo que agradarles, etc., lo que me llevaba a hacer cualquier cosa por miedo a caerles mal. Cada vez me fue costando más llevar el tema de la relación social, tanto que comencé a faltar mucho a la escuela. Llegó el momento que hasta tuve que dejarla porque ya no podía más, era mucha presión para mi. Los siguientes años intenté volver, pero no pude, el problema era mayor que yo. No entendía lo que me pasaba, me sentía solo, incomprendido. Hacia tratamiento psicológico, tomaba paroxetina y clonazepam (no me acuerdo cuanto pero era bastante), estuvieron a punto de darme otra droga porque esas no me alcanzaban. No podía salir a la calle porque me sentía observado desde todos los ángulos, prestaba atención a mi forma de caminar, si tenía algo pegado, o cualquier cosa que les pudiera hacer reír o fijarse en mi (en esos tiempos caminaba mirando al suelo y ni hablar de mirar a los ojos). La única razón por la que salía a la calle era porque tenía que ir al tratamiento psicológico.
Me recomendaron que trabaje, y yo como quería salir adelante acepté. Fue lo más difícil a lo que me había enfrentado. Tenía que atender en un almacén
, o sea, hablar con personas. De tanto estar encerrado y sin salir, fui perdiendo mis habilidades sociales, lo que me complicó al principio. La primer semana fue la más agonizante de todas, no sabía como pararme, que decir, como actuar. No es que me quedaba mudo, pero se notaba mi nerviosismo. Al poco tiempo me fui acostumbrando, y cuando ya tuve un buen tiempo de trabajar ahí me di cuenta que me gustaba hablar con la gente, aunque solo con señoras (tal vez porque las veía como madres) y ancianos. Lo difícil ahora era hablar con gente de mi edad.
Aún no había terminado la escuela, y si quería hacer algo de mi vida tenía que terminarla. Decidí hacerlo pero de nuevo aparecieron los problemas y el fantasma volvía a atormentarme. El problema seguía siendo más fuerte que yo, tan fuerte que decidí dejarlo todo otra vez. Y aquí tengo que decir que sin Dios no hubiera podido salir. En ese momento estaba devastado, deprimido, di todo por perdido, había decidido que era imposible para mi, que no tenía solución, cuando sentía que me seguía sumergiendo en una oscuridad profunda, decidí buscar ayuda en Dios y de golpe como si se tratase de algo planeado todo quedo acomodado para que siga avanzando. Mi espíritu se renovó al máximo y comencé otra vez con todo. En el proceso hubo una gran cantidad de personas que me ayudaron, en las que pude confiar y de las cuales estoy muy agradecido. En menos de 1 año ya había superado las grandes trabas de la fobia. Salía a la calle sin ningún problema, conseguí amigos, hablaba con mujeres, etc.
Ya pasaron 4 años de todo eso, y hoy sigo teniendo ciertas cosas que quiero superar pero no se asemejan a las de antes.
Hasta aquí mi historia resumida. Pero quiero dejar una técnica que me parece útil. En uno de esos tiempos me propuse cumplir metas, pero metas cortas. Esas metas tienen que variar según el grado de fobia que tenga la persona, una de mis metas fue hacer un viaje colectivo. Pueden elegir preguntar la hora a un desconocido, dar un paseo, pedir comida por teléfono o ir ustedes mismos, lo que vean que sea un desafío, pero que no sea algo muy grande. Conforme vaya pasando el tiempo, también debe ir aumentando la dificultad pero de a poco. Algo que me hubiese gustado hacer es anotar las metas cumplidas. Les recomiendo que anoten todo los buenos sucesos que tengan, desde hablar con alguien, hasta comprar facturas. Yo por no hacerlo, en uno de mis días de tropiezo empecé a ver todo negativo, sin darme cuenta de todo lo que había logrado (lo bueno es que hubo una persona que me lo hizo notar). Cuando se sientan mal miren todo lo que lograron y sigan adelante que se puede.
Gracias por leer, espero ser de ayuda para alguien. De esto no se sale de un día para el otro, pero se sale y todo empieza por tomar la decisión.
Mucha gente me ayudó en mi camino hasta aquí y me gustaría ayudar en lo que pueda a mi también, si quieren mándenme un mensaje privado que con gusto responderé (es posible que tarde pero lo haré).
Saludos y ánimo que siempre hay una solución y no es imposible
