Abro este tema para contar mi historia personal de estos 5 días en los que he estado trabajando en un stand del Fitur.
Para el que no sepa lo que es Fitur, es la feria internacional del turismo que se celebra en Madrid la tercera semana del mes de enero.
Aprovechando que vi la oferta de empleo me dispuse a echar mi solicitud, esta vez tuve la suerte de ser seleccionado y no sé muy bien por qué.
Esto más que para sacar dinero (que no pagaban mucho) para mi era más un reto personal que otra cosa, trabajar de cara al público e intentar superar la timidez y el miedo a enfrentarme a la gente, el intentar ofrecer cosas e intentar ser cercano al público. Era uno de mis retos a superar.
Iba yo el primer día muerto de miedo hacia el puesto, me presentaron a mis compañeros y timidamente les saludé y comencé el trabajo. Los tres primeros días era para profesionales del sector, por lo que no había mucha gente, intentaba acercarme sin éxito a los que visitaban el stand para mostrar nuestros productos pero no podía, me sentía cohibido, el miedo me paralizaba y mientras mis compañeros repartían propaganda de 4 en 4 yo a penas podía acercarme a uno.
Esta situación me costó la recriminación de una compañera que durante estos días me soltó las "lindezas" que siguen a continuación:
"Si no sabes lo que es trabajar en un stand no sé para que te apuntaste".
"Eres un jodido vago camuflado en la timidez".
"Como no repartas 5 más le diré al jefe que no das ni golpe para que te mande a casa, el sitio del que nunca debiste salir".
"No me gusta tu manera de trabajar, no vales para esto".
Yo no sé si es que esta persona me tenía odio, asco, o era su forma de motivarme (puestos a pensar bien) pero lo cierto es que le encantaba ensañarse conmigo, aprovechando que yo no me atrevía a replicarla.
Lo cierto es que tras los tres primeros días estuve a punto de no presentarme a los dos últimos días, se supone que eran los más importantes porque al ser fin de semana y ser abierto al público general iba mucha más gente.
La noche anterior casi no pude ni dormir, a penas podía quitarme de la cabeza esos momentos en los que trataba de acercarme a la gente y luego me cohibía o en los que esa monstruosa persona me atizaba por medio de la palabra.
Llegué temeroso allí el sábado a la apertura de puertas y a las 10:00 el pabellón estaba inundado de montones de gente, pensaba que moriría de vergüenza pero no sé que me pasó que me vino como un subidón mental de la nada y logré realizar el resto del trabajo casi al nivel que el de mis compañeros.
La verdad es que no sabría como calificar esto, pero es como si después de sufrir varios golpes morales a la autoestima al final inconscientemente acabas adaptándote al terreno.
La experiencia terminó con el sobre del dinero y las frías palabras del encargado del stand "gracias, ya te puedes ir" así sin más, como si no hubiera pasado nada en esos cinco días.
Las conclusiones que saco es que por un lado me dieron palos por todos lados, pero por otro lado la experiencia estuvo bien ya que cuando menos logré sobreponerme a un clima bastante adverso.
En cuanto a la gente que visitó la feria, pues hubo de todo, mucha gente amable y otras no tanto, pero lo que sin duda más me desagradó del público visitante fue el nivel de egoismo al que se puede llegar por conseguir algo gratis, vi peleas por una simple bolsa, empujones por un puesto en una fila para conseguir una copa gratis y gente llorando como si se le hubiera muerto algún familiar sólo porque no le regalaban un mísero bolígrafo.
Sobre la gente de los stands también hubo de todo, a destacar la hipocresia por ser el que más vende y el que mejores cosas oferta. Más la mala experiencia de tener una compañera realmente desagradable que no te dejaba trabajar a tu manera y se ensañaba con cualquier movimiento que hacías.
En resumen, una experiencia para aprender pero que creo nunca repetiré.