Hola a todos, les quería compartir un poco mi experiencia en este último tiempo y lo que estoy viviendo.
Les cuento que este año ha sido un año realmente difícil para mi, uno de los más difíciles que he tenido diría yo. He pasado por pruebas muy duras en las que realmente me sentí caer. Con mi fobia social siento que empeoré, estudio una carrera a distancia y eso no me permite tener contacto social, por lo que no he podido estar con mucha gente y me ha hecho aislarme bastante. He ido a varias terapias de las cuales las primeras no me ayudaron demasiado, pero la última que fui si, y fue la que mejor me hizo, con el último psicólogo. Era cognitivo-conductual. Con él vi el problema como nunca antes lo había visto y me sirvió para sacarme un montón de cargas. Así ya como tres años que la dejé porque ya estaba mucho mejor. Al comienzo estuve bien después de la terapia, pero después de un tiempo me empecé a sentir mal otra vez, sentía como que lo q había aprendido se me había olvidado, y el empezar una carrera a distancia lo empeoró todo más. Aunque después pude hacer cosas muy difíciles como ir a un coro por ejemplo, me sentía mal porque no podía tener conversaciones con los demás aunque me esforzara en hacerlo. A pesar de todo esto siempre encontraba fuerzas para continuar gracias a mi fe, la cual ha sido el sostén de mi vida desde hace siete años. Sin embargo este año, comencé a sufrir de algo que se llama escrúpulos de conciencia, que es un problema espiritual que consiste en un temor excesivo a cometer pecados todo el tiempo con cada paso que das. Es realmente algo muy duro, y eso me debilitó bastante espiritualmente. Gracias a Dios esos escrúpulos prácticamente ya han pasado y ya casi no me molestan. Pero igual quedaron "secuelas", y siento que me he debilitado en mi fe, que ya las cosas no son como antes. Antes solía ser muy optimista y positiva y transmitía eso a los demás, trataba de dar siempre ánimo y esperanza a todos. Lamentablemente, en este último tiempo me cuesta muchísimo encontrar yo misma la fuerza como para transmitírsela a otros.Aún así sigo luchando y trato de tomarlo como una prueba para fortalecerme en todo sentido, también en mi fe.
Así que así es más o menos lo que estoy viviendo, solamente quería compartirlo con ustedes y decirles que a pesar de todo nunca pierdan la esperanza, que las cosas nos cuesten más no significa que seamos débiles, al contrario, sino que somos muy fuertes y que contamos con esa fuerza interior que nos permite siempre salir adelante y ser cada vez mejores. Y que Dios está siempre con nosotros, aunque no lo entendamos, aunque nos sintamos lejos de Él, el está en realidad más cerca de lo que nosotros creemos. Solamente tenemos que creerlo y confiar más.
Les dejo un saludo cariñoso, y les deseo lo mejor para todos. Que Dios los bendiga.