No hablo de ganar un concurso de flojos, aunque también podría. Creo que tiene una base genética que nos hace a unos más "tranquilos" que a otros.
El hecho de escabullirse del jaleo, en general, nos hace más propensos a rehuir a otra gente más nerviosa, vital, alegre, etc,etc.
Este es mi caso. Soy tranquilo, demasiado tranquilo. Toda la vida he rehuído a la gente porque me parecía que no podía seguir ese ritmo.
En consecuencia, me he sentido progresivamente rechazado, en especial en la adolescencia, cuando uno debería querer relacionarse, y debido a lo que he explicado de mi caracter tranquilo, no lo hice, me desapegué cada vez más de los que antes eran mis amigos.
Así, llegué a dejar de ir al pre-universitario.
La sensación de sentirme rechazado era abrumadora, tuve que dejar de ir a clase.
Explico esto porque no debemos perder de vista que estamos en un mundo competitivo.