No soy quien inició el mensaje, pero estoy de acuerdo en que un buen paso para la superación es la aceptación de los traumas, de nuestro pasado... de nosotros mismos.
A eso se llega después de luchar mucho contra los propios demonios y... tiene razón en que sale un poco de uno mismo "de pronto"... después de mucho tiempo sufriendo.
De pronto un día piensas que da igual lo que te pasara... te sientes capaz de enterrar el pasado, de aceptar lo que te pasó y perdonarte a ti mismo... Sí, suena raro, pero es la única palabra que se me ocurre para describir cómo lo sentí yo. Es como... "despertarse" y pensar "me pasó X, me hizo mucho daño, me convirtió en lo que soy hoy en día, pero... voy a permitir que eso me fastidie el resto de mi vida?"
Yo creo que en los casos en que nuestra fobia proviene en gran parte del maltrato... nos hemos "creído" que somos lo que nos hicieron sentir en un momento determinado... es como una especie de "rebote" extraño... en lugar de odiar únicamente a los que nos hicieron daño, nos odiamos a nosotros mismos y nos consideramos inferiores, no válidos, etc. Nos acostumbraron al maltrato y nos hicieron tener miedo de todo. Años después, esas personas ya no están en nuestras vidas pero... seguimos teniendo miedo. Es injusto, verdad? Nos hacen daño, luego siguen con sus vidas tranquilamente y nosotros, que no merecíamos nada de ese maltrato, seguimos sufriendo, seguimos acordandonos de ellos y de lo que nos hicieron y hemos pasado a tener miedo a todas las personas.
Yo confieso que no "aceptaba" lo que me había pasado... no lo había llegado a encajar nunca, lo había recordado muchas veces y lo llevaba dentro, pero... no me ponía a reflexionar sobre ello, no me daba cuenta de que yo no había hecho nada malo y yo no me tenía que sentir mal por lo que había vivido... quienes se tendrían que sentir mal son las personas que me hicieron daño (aunque sé que no lo harán, pero ya ni me importa), no yo. Y que unos niñatos descerebrados no tienen criterio suficiente para definirme ni para decir nada de mí, que nunca me conocieron y nunca significaron nada para mí... por lo tanto, lo que dijeran hace 10 años una panda de imbeciles no puede definir mi idea de mí, condicionar mi forma de ser, mi forma de relacionarme y mi vida posterior a mi fortuita coincidencia con ellos un par de años en un instituto... las personas valemos mucho más que eso.
Es muy difícil pero... hay que intentar olvidar, enterrar a esos demonios, perdonarse a uno mismo y perdonar a esa gente en el sentido de que no se merecen que lleves ese odio y ese dolor dentro, no valen nada como para pintar algo en tu vida años después de salir de ella. Es decir... nunca les perdonaré lo que me hicieron pero... estoy aprendiendo a dejar de darle importancia. Eso ya pasó y no va a cambiar. Puedo olvidarlo, vivir mi vida e intentar ser felíz o... dedicar mi existencia a acordarme de unos críos miserables y de lo que me hicieron y a comportarme como si creyera que me merecía aquello, como si pensara que esos niñatos tenían razón, otorgandoles valor a sus opiniones infantiles e incluyendolas en mi visión de mi misma. Cuando decides enterrarlo, comienzas a verte como una persona más, comienzas a perdonarte el hecho de no ser perfecto o de no tener una vida perfecta y a comprender que tienes derecho a ser felíz y a hacer lo que quieras en todo momento, a expresar lo que sientes y a no hacer lo que no quieres hacer, a no caer bien a todo el mundo... a no tener miedo.
Yo no he superado la fobia social... estoy en un momento bastante negativo de mi vida. Se me han juntado problemas personales, familiares y de todo tipo y estoy... aislada del mundo y con muchos miedos. Pero llevo mucho tiempo reflexionando y he avanzado bastante en el sentido de que le doy mucha menos importancia a las cosas... me preocupa menos lo que piense la gente. Me siento más como el resto, es decir... voy dandome cuenta de que no soy inferior al resto de los mortales...
La práctica siempre es más difícil que la teoría pero... supongo que es un paso y me siento animada a intentarlo. Creo que también es importante no perder nunca las ganas de ser felíz, no dejar nunca de luchar por conseguir lo que quieres y no perder la esperanza de alcanzar tu objetivo...
Siento el tostón...!
Enhorabuena Jorge!