La serie Twilight Zone supuso una verdadera revolución en los años 50. Su emisión, en línea con las películas de serie B de terror y ciencia ficción que tanto abundaban en esos días, tenía un formato característico, con 25 minutos de historias autoconclusivas que muchas veces eran presentadas por este inquietante señor:
Supuso un jarro de agua fría para el ambiente cerrado y claustrofóbico de aquellos días, centrados en la amenaza del espacio exterior (la presentada por la omnipresente URSS) y de los enemigos internos, la censura y el mcarthismo. Presentaba historias en la que todas estas materias se trataban de manera tangencial y siempre desde el punto de vista del misterio y la ciencia ficción, de modo que podría pasar el restrictivo filtro de la tijera nacional.
La repercusión de esta serie llega incluso hasta casi nuestros días en la forma de la serie gemela Más allá del límite, que se dejó de emitir en el año 2002.
El problema del doble siempre ha estado en la narrativa actual y la pretérita. Baste recordar, por ejemplo, casos como "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde" de J.L. Stevenson, "William Wilson" de E.A. Poe, como ejemplos decimonónicos, o "La mitad oscura" de Stephen King y "El otro" de J.L.
B.ORGES, en el siglo XX.
NOTA AL PIE: (¿Por qué en este foro no se puede escribir ****** sin que se censure. ¿Qué mal ha hecho este hombre? Ah, sin embargo se puede escribir apellidos como Hitler o Himmler. Que me lo expliquen. Cada vez entiendo menos a los creadores de este foro)
En el cine se me ocurren ahora mismo dos ejemplos en películas profundamente distintas y lejanas en el tiempo: Metrópolis de Fritz Lang y Superman III de Richard Lester.
Si incluimos el hecho de que se puede proyectar la personalidad de uno en otros personajes y hacerlos hablar en un entorno coherente pero falso e imaginario, entonces metemos películas como El resplandor y esta escena que a día de hoy todavía me escalofría:
El espejo como interesante elemento cinematográfico en el que se confrontan las dos caras de la personalidad y donde el personaje esquizofrénico puede conversar con ese dopplegänger y confrontarle debido a que en la mayor parte de las ocasiones es prioritariamente perverso.
Si tomarse un whiskazo a media mañana es malo que venga Dios y lo diga