El entrar a la universidad es un cambio muy difícil, pero uno que te puede ayudar muchísimo si lo asumes de la manera correcta.
Haz tu mejor esfuerzo por no huirle a las situaciones difíciles, intenta ver este problema no como algo negativo sino como una oportunidad para mejorar, para superarte a ti misma y demostrarle a esa profesora -y por extensión a todo aquel que jamás te haya menospreciado- que eres capaz y que podrás lograrlo.
Allí es donde nace la verdadera motivación.
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