Pues es curioso Dani, a mí para el tema de ligar y todo eso me cuesta un mundo si quiera intentar hablar con una chica (como ha quedado demostrado en mis post) pero sí es verdad eso que dices de que a la hora de hablar, de sincerarse, aunque sea sólo un poco debido a nuestra FS, parece más fácil hacerlo con una chica, aunque sea después de haberse tomado una copichuela ^^
Y te voy a decir otra cosa. Hace un par de semanas, el día que mi amigo quería que me lanzara a por esta chica de la que hablé, me sinceré y quizá hablé más de la cuenta, le dije (un poco llevado por la desesperación y un par de copas) algunas cosas que nunca había dejado entrever, cosas como que me veía poca cosa, que no tenía trabajo y eso me hacía verme fracasado... vamos, que me veía como una mierda. Dejé entrever algo de mi profunda debilidad.
Sabes, he de reconocer que me liberé un poco al decir estas cosas, al fin y al cabo es mi amigo de siempre y quería que supiera algo de cómo me sentía, no todo pero sí una parte. Estoy harto de fingir.
El caso es que desde ese día algo ha cambiado, concretamente he apreciado dos cambios;
Primero; Mi amigo me ha llamado más, ha estado más disponible, como tendiéndome la mano, nos hemos visto más.....
Segundo; Desde aquel día no me ha vuelto a hablar de aquella chica, no me ha vuelto a meter presión y, sobre todo, no hemos vuelto a tener ninguna conversación transcendental y he notado como que evitaba esos temas, como que le daba corte o no sabía si preguntarme o cómo hacerlo.
Es algo extraño.
He de reconocer que mi amigo y yo sólo hemos tenido conversaciones transcendetales, ésas de compartir emociones o secretos, cuando hemos salido por ahí y hemos bebido un poco, como que necesitábamos soltarnos un poco antes de hablar de según qué cosas y creo que es justo lo que tú dices, los hombres no nos contamos las cosas con la facilidad con que lo hacen las mujeres, con esa naturalidad, necesitamos de un estímulo, como si tuviéramos miedo de enseñar las cartas. Por eso puede que nos resulte más fácil hacerlo con una mujer, nos hace vernos menos vulnerables, menos débiles. Tal vez.
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