Relacionarme con mujeres siempre me ha supuesto un reto complicado y soy un hombre y no soy gay de modo que es un problema.
Hace unos meses conocí a una chica, me acerqué a ella y me puse a hablar. Cuando repaso mi comportamiento de esos días me sorprende, no era mi comportamiento habitual, no suelo tener ninguna habilidad para hablar con el sexo contrario.
Hablé con ella de forma normal, no me puse nervioso y le caí bien.
Después de un par de citas bastante exitosas ella perdió su casa y se hubo de ir de donde estaba, lejos de mí.
Ella me dijo, literalmente, <<te quiero>>. Nunca me había pasado. Cuando encuentro una chica que me gusta, consigo gustarle y por mala suerte se me escapó.
Conseguí gustarle a una chica que me gustaba. Yo, que no besé a ninguna en la secundaria, yo no besé una chica hasta los 17 y fue por suerte y con una guarrilla borracha; yo, que lo único que producía en las mujeres era lástima.
Me entristece haberla perdido pero hay un lado bueno, conseguí gustarle a una hermosa mujer una vez, podré hacerlo de nuevo.
Saqué tres cosas de esos días, dos buenas y una mala. Los buenos recuerdos y la esperanza de sentir que estoy mejorando son las buenas, la tristeza de haber perdido y no haber podido evitarlo es la mala.