Pues resulta que voy a un restaurante a comer, yo sola, para variar, me traen la cuenta, voy a sacar la tarjeta... y la tarjeta que no está (está en el otro bolso,mierda).
Sacó el monedero, con la esperanza de que mis 5 euros hayan decidido reproducirse en la úlitima hora (la cuenta es de 10 y pico), y parece que lo han hecho porque tengo alguna monedita, pero ni de broma llega para cubrir los otros 5 euros (tal vez si espero un rato más ...).
Me empiezo a poner nerviosa, tendré que decir que no llevo dinero y que por favor me esperen unos minutos mientras que voy a por él (tal vez si dejo el DNI como garantía...). Ya me lo estoy imaginado,todo el mundo mirando, ya me puedo olvidar de volver...
...De repente una luz, el bolso, un bolsillo, unas monedas de una vuelta, ¿Será suficientes? Cuento, ¡Siiiiiiiiiiiií! Es suficiente. Gracias al cielo que no he pedido postre....
Pongo las moneditas en el plato, la camarera viene, mira un poco raro ¿10 euros en monedas? Pero a mí me da ya igual todo, el mal rato ha pasado.
Nota: La tarjeta sí que estaba, simplemente la había cambiado de sitio, que malo es dejarse llevar por el pánico.