El patrón se repite una y otra vez.
Unos padres y especialmente madres que le hacen todo a sus hijos, les resuelven todos los problemas, y al mismo tiempo les infunden miedos, les presentan un mundo peligroso. Suelen tener miedo a la soledad y se sienten bien "arropando" a sus hijos. Hasta pasan por ser unas grandes madres por todo el tiempo que se ocupan de sus hijos. Así pueden sentirse útiles y huir de su propio vacío interior. Ser resolutivas y firmes les da poder, y al hijo le debilita porque...ya se ocupa mamá de resolver los problemas. Así que no el hijo no se enfrenta a los problemas, a las frustraciones, no genera sus propios recursos. En el peor de los casos, incluso la casa es un bunker donde no son invitadas otras personas ajenas a la familia, no hay permeabilidad...
Y todo esto se hace a nivel inconsciente. Ni siquiera hay que odiarles por ello. Seguramente han hecho lo que pensaban que tenían que hacer, sin percatarse del daño causado.
Nunca es tarde para salir de ese manto protector anestesiante.
He tenido una camada de gatos recientemente, y cuando la madre los destetó, empezó a rechazarlos un poco, para que empezaran a explorar por si mismos y dejar el apego protector de la madre. Y es que la naturaleza siempre es más sabia...