Habia una vez un burro al que llamaban Pirata, tal vez porque desde muy pequeño se colocó un parche en su ojo izquierdo que nunca se lo quitaba. Era inquieto y chispeante y le gustaba imaginar que era un auténtico pirata envuelto en aventuras por los 7 mares.
Y sucedió que al lugar donde vivía nuestro burro llegó Titi, un burro Titiritero, mitad actor, mitad payaso, con algo de saltimbanqui. Titi pronto congenió con Pirata. A ambos les gustaba enzarzarse en juegos e intrigas donde Pirata era un temerario Corsario que igual raptaba lindas burritas que luchaba contra intrépidos capitanes de la Armada Real, y Titi, por supuesto, le tocaba hacer de contrincante, e igual era Almirante que un malvado marinero, y los dos solían juntarse y pasar largas hora con sus rocambolescas historias.
Pero un día Titi apareció con la cara pintada, lo cual no era nada extraño en él sino fuera porque se habia dibujado una triste mueca, y una lágrima. Como siempre, los dos salieron a las afueras de la aldea,donde gustaban de inventar sus juegos. Pero aquella vez Titi parecía realmente triste, parecía apático,apenas hablaba y si lo hacía era expresando melancolía…. Pirata notó enseguida el ánimo de su amigo y andaba algo mosqueado, entonces, mientras andaban por un sendero vieron a un pajarillo en el suelo, casi muerto, apenas se movía y se adivinaba que no tardaría en irse de este mundo. Titi, al verlo, empezó a lamentarse: “pobre pajarillo, se va a morir, que lastima, como sufre!!”. Aquello fué la gota que colmo la paciencia de Pirata, y rebuzno con tono algo despreciativo: “Mira Titi, solo es un pajaro que se va a morir, seguramente porque ya tenia que morirse, estoy harto del día que llevas, me tienes aburrido, te podias haber quedado en tu casa, la proxima vez que estés así haz el favor de no venir conmigo a estropearme el día!!”.
Titi escucho las palabras de Pirata, miro a su amigo fijamente y con un rápido movimiento le quitó el parche del ojo. Entonces Pirata sintió como un fogonazo deslumbrante y después una gran oscuridad, salpicada de pequeños reflejos… “que has hecho Titi, me has dejado ciego!!!” -gritó asustado. Titi se dio la vuelta y mientras se marchaba dijo-“Solo he liberado tu ojo izquierdo, el de las sombras. Hasta ahora veías solo con tu ojo derecho, el de las luces. A partir de este momento verás luces y sombras, no te pasa nada, en un rato verás perfectamente”- y se alejó dejandolo desconcertado y sin saber que hacer.
Entonces Pirata, allí en medio del campo, empezó a ver.Como su amigo le dijo, enseguida comenzó a distinguir las cosas, los árboles, las piedras, la hierba… todo… y pronto podía ver perfectamente, aunque… notó ciertos cambios. Al pasar por un estanque vió con un enorme fulgor los reflejos del Sol en el agua; le parecieron mucho mas brillantes que de costumbre; se asomó al estanque y vió su fondo, oscuro y verdoso, y le pareció mucho mas oscuro que otras veces; mas inquietante incluso. Se tropezó otra vez con el pajaro agonizante y tuvo una extraña sensación – “pobrecillo”-pensó. Y así, algo inquieto por la manera distinta con la que veía el mundo, se fué para su casa, pues se sentía mas vulnerable que otras veces, y sin embargo mas seguro de sí… “que raro me siento”- volvió a pensar. Y así, el jumento caminó contemplandolo todo con una visión nueva, con la que se deslumbraba con el Sol y se estremecía con la oscuridad de la noche.
Al cabo de un tiempo, los dos asnos se encontrarón por casualidad. No se habían visto desde el incidente. Titi se paró y saludó a Pirata, y éste hizo un leve movimiento con la mano, a modo de saludo y siguió andando, como si tal cosa, con los ojos algo guiñados por la resplandeciente luz de mediodía.. Entonces Titi, al ver que Pirata no parecía haberle perdonado que le destapara el ojo, trotó hasta su amigo y cortandole el paso lo hizo detenerse, y ofreciendole el parche que le habia quitado le dijo: “Toma, veo que todavía sigues enfadado conmigo. Vuelve a tapar tu ojo izquierdo y volveras a ver las cosas como antes; con una luz sin sombras, como parece deseas”- y tras mirar un instante a su burro amigo, que estaba muy sorprendido por aquello, Titi se fue.
No se sabe a ciencia cierta que ocurrió después.Dicen que Pirata no volvió a quitarse el parche y siguió soñando con viajes y aventuras en las cálidas aguas de los mares del Sur, aguas de amable luz sin contrastes.
Titiritero se marcho de alli y nadie sabe a donde, pero en la memoria de aquellos parajes queda la cancioncilla que entono justo antes de dejar aquellas tierras
Parches para tapar
Cosas para no recordar
que no se pueden olvidar
Parches para ignorar
Lo que nunca nos dejará
Gran Equino, tú que todo lo ves
Guardame de borrar lo que soy
Aunque me cueste llorar
Dejame ser lo alto y lo bajo
ver las luces y las sombras