Mi infancia fue cualquier cosa menos feliz, y quizás por eso no guardé ningun recuerdo. Todo terminó en la basura.
Pero recuerdo que tenía un album de pokemón que logré completar. Tenía decidido guardarlo como un tesoro, pero una prima le arrancó una hoja y luego de eso no pude evitar tener un atque de rabia y terminar de romperlo todo yo mismo. Creo que ya ha pasado una decada desde eso, pero todavía sigo molesto.
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