ALGUIEN BORRÓ MI MENSAJE, ASÍ QUE LO VUELVO A PONER. POR SUERTE ME LO SABÍA DE MEMORIA.
El cielo está procrastinado, ¿quién lo desprocrastinará? El desprocrastinador que lo desprocrastinice...
La "procrastinación", término que para empezar me parece terrible, desde un punto de vista fonético, no es más que una nueva etiqueta.
El mismo artúclo admite que popularmente lo conocemos como simple pereza.
El criterio por el que la distinguen de otras manifestaciones de la pereza me parece demasiado arbitrario y sólamente justificable desde el intento de mantener el elitismo cultural de la psicología en manos de los mal llamados profesionales.
¿Cuál es el peligro de ponerle una etiqueta? Muy simple, la creación de una enfermedad, a partir de una situación. Una situación puede ser conflictiva o puede casuarnos disgusto, pero mientras siga siendo una situación podremos huir de ella, para intentar colocarnos en situaciones que nos sean más favorables: ¿hay algo más natural que eso? En cuanto lo etiquetan, sin embargo, se crea una categoría. Y una vez creada, algunos corremos el riesgo de identificarnos con la misma. Eso da de comer a muchos psiquiatras, por no hablar de la industria farmacéutica. ¿Qué sería de ellos si la gente estuviera sana?
A mí la procrastinación me suena igual que la procrastración (dícese de la voluntad manifiesta de castración del personal para su convencimiento de la misma) (Yo también invento palabras, si me da la gana). A mí, que soy un vago convencido, casi ideólogo de la pereza, no me convencen los artículos.
¡No me convencen ni los pronombres!
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