Fui diagnosticado de fobia social en 2013 y tuve que tomar antidepresivos durante 1 largo año, hasta el 14 de diciembre de 2014, ese día lo dejé. Después de eso pasé enclaustrado meses y meses en mi casa y solo salía para trabajar. Debido a mi confinamiento ni siquiera me daba el sol, lo que me provocó déficit de vitamina D y un sinfín de catarros e infecciones que aún hoy no he superado totalmente. Actualmente me obligo a salir de casa casi diariamente, corro por el parque y tomo el sol con precaución todo lo que puedo. Quiero vivir y compartir mi experiencia y mis conocimientos con otras personas como yo. Basta de estar encerrados, hay un mundo increíble ahí fuera y está esperando a que lo exploremos y lo estrujemos como un limón. Que cuando lleguemos a ancianos nos arrepintamos solo de cosas que hayamos hecho y no de todas las cosas que nos habremos perdido si dejamos que el miedo nos paralice y nos encierre en casa. ¿Qué pasa si somos tímidos? ¿Acaso los tímidos no tenemos derecho a vivir y disfrutar de la vida? Generalmente somos muy inteligentes y capaces, más de lo que muchos vendeburras creen cuando tartamudeamos o damos muestras de timidez. Es hora de que reclamemos nuestro espacio en la sociedad.