En tu tortuoso camino se presenta un oculto desvío. Oteas nervioso, temiendo que te vean prestar atención a esa senda, que sólo una selecta minoría sigue. Sabes que conduce a un destino sumamente apetitoso, que deseas mucho más que el árido paisaje a donde te lleva el sendero mayor. Se rumorea, no obstante, que esa vereda angosta es difícil, con tramos escarpados y regatos flanqueados por vegetación desconocida, y existe cierto consenso de que a los pocos que la emprenden les falta un tornillo, aunque a veces se admira a personalidades singulares que han superado el desafío. Te sientes atado por mil compromisos que te fuerzan a continuar por la gran cañada, rumbo a la mediocridad. Al fin, nadie espera que la abandones, y ni siquiera sabes si a ti te sería concedido el equipo para semejante misión. Les oyes aducir que sería un plan insensato, pues no ven razón para tomarse tanto trabajo. Deseas en secreto, con todas tus fuerzas, ser uno de los héroes, pero no vences las ligaduras que se te grabaron a fuego desde tu nacimiento. Te resignas y niegas tu frustración, aceptando como una certeza absoluta la demencia de los osados. Kaput.
( Epílogo facultativo.-- Años después sabrás que mientras tus inhibiciones se imprimían sin tregua en tu cabeza aún tierna, a las personas que de nuevo admirarás (una de las cuales capturará tu corazón) se las estimulaba constantemente para llevar a cabo más y más proyectos crecientemente ambiciosos. )
¿Os suena?