*En cierta ocasión, pasaba un perro por en frente de una casa, al ver que la puerta estaba abierta decidió entrar,
Allí adentro vio que había muchos perros, él se quedó mirándolos fijamente y ellos también lo miraban, él comenzó a mover su cola y ellos también movieron sus colas, él comenzó a saltar y ellos también saltaban, y así comenzó a jugar con ellos. Después de un largo tiempo salió de allí y pensó ¡que lugar tan agradable volveré allá todos los días!.
En aquel momento pasó por en frente de aquella casa otro perro y al ver la puerta abierta decidió entrar. Allí adentro vio a los otros perros, él se quedó mirándolos fijamente y ellos también lo miraban, sintió miedo y comenzó a gruñirles, ellos también le gruñeron, él comenzó a atacarlos y ellos también lo atacaron, después de un rato salió corriendo de allí y pensó ¡que lugar tan horrible! No volveré a acercarme por allí. En frente de aquélla casa había un letrero
que decía: La Casa De Los Espejos.
Hasta Aquí Traje Yo a Mi Padre
Un hombre lleno de ira con su anciano padre lo tomò de los pies y lo arrastró por las escalas del edificio donde vivían, el padre, con lagrimas en sus ojos, lo miraba fijamente sin decir nada. Cuando iban en el segundo piso el anciano se aferrò a las barandas de las escalas y dijo: hijo no màs por favor, hasta aquí traje yo ami padre.
*En un lejano lugar, un discípulo le dice a su maestro: quiero contarte algo que andan diciendo de uno de tus discípulos. El maestro sin dejar terminar de hablar al discípulo le dice: antes de que me cuentes lo que andan diciendo de él respóndeme: ¿es verdad lo que me vas a decir?
¡Bueno, no lo se ¡ respondió el discípulo.
¿ y si fuera verdad sirve para el bien de alguien si me lo cuentas?
¡Creo que no! Respondió el discípulo.
Entonces por favor no me lo cuentes.
NO PUEDO HACERLO
*Un hombre y su pequeño hijo fueron un día a un circo, allí vieron que había un elefante amarrado en una pequeña estaca, entonces el pequeño le preguntó a su padre: papá ¿ por qué ese elefante tan grande no se escapa de aquí? Y el padre le contestó: no lo se, debe ser que está amaestrado.
Un anciano que los estaba escuchando les dijo: no es que esté amaestrado si no que desde pequeño a él lo han atado a esa estaca y muchas veces intentó arrancarla pero no lo lograba y mientras iba creciendo lo seguía intentando sin poder conseguirlo, hasta que un día decidió no volver a intentarlo, y es por eso que ese elefante tan grande y fuerte no es capaz de arrancar esa pequeña estaca y escapar.
Un ciervo se sentía muy orgulloso de su hermosa cornamenta pero se acomplejaba de sus delgadas patas. Un día estaba comiendo pasto cuando viò una manada de leonas que lo perseguían, el ciervo corrió rápidamente gracias a sus ágiles patas y cuando estaba ya lejos de las leonas pasò por en medio de unos arboles y su cornamenta quedó atrancada en las ramas de los arboles, las leonas lo vieron y corrieron hacia èl y mientras se acercaban el ciervo pensó: que tonto he sido, me acomplejaban mis patas que me salvaron la vida y me sentía orgulloso de mi cornamenta que ahora es mi perdición.