Ocurrió esta mañana.
Hacía fila en la salud pública, cuando doy con el esperpento, lo miro de reojo y recuerdo que era de los tipos que me molestaban. Sentí ganas de romperle la cara de un puñetazo, o al menos escupírsela. Sin embargo, el contexto no era para nada el adecuado, y nunca se sabe en qué lío me iré a meter. Al menos iba con la disposición de NO devolverle el saludo si me decía algo, pero pensé que ni siquiera me iba a dirigir la palabra.
Maldito bastardo: Hoooola, XXX, ¿cómo has estado?
Yo: ¿Y a ti quién te conoce?
Maldito bastardo: Soy el XXXX, ¿ya no te acuerdas de mí?
Yo: Pues que te jodas, imbécil.
Maldito bastardo: Oye, ¿por qué tan agresivo?
Yo: ¿Por qué crees tú, hipócrita?
De ahí me respondió algo pero le ignoré, le dije "chúpame la *****, hijo de ****", me puse los auriculares para escuchar música y no su repugnante voz de cani, y cada uno siguió en sus propios asuntos.
Solamente me arrepiento de no haber aprovechado el momento para romperle la mandíbula de un puñetazo, o escupirle la cara. Pero puedo sentirme orgulloso de que al fin pude no guardarme mi rechazo, a diferencia de otras veces donde por culpa de mi falta de carácter y los fantasmas que están en mi cabeza me limitaba a seguirle la corriente y devolverle el saludo falsamente. Espero para una próxima oportunidad romperle la cara o escupírsela a un antiguo bully que me llegue a encontrar en el futuro.
Esa sería mi experiencia.
PD: Los comentarios pseudo-pacifistas tipo "estás lleno de odio", "el odio es malo", "debes perdonar", "perdonar es importante" pues me la pelan, bichos como ese me han llenado de odio y prefiero utilizarlo como saco de box cuando se me presente la oportunidad, en vez de hacer el papel de Jesucristo y sin amor propio, o -peor aún- desquitarme con una persona que no me haya hecho nada porque en ese momento no se me puede decir nada (y a veces es difícil controlar la rabia y la terminas liando, aunque luego te des cuenta y reconozcas de que hiciste el papel de imbécil)... Si bien es verdad que el odio y el rencor en forma desmedida hacen mal, prefiero contrarrestarlos rodeándome de personas que me aporten sentimientos positivos, en vez de perdonar a tipejos que ni siquiera se arrepienten de las cosas que me hicieron, porque si el engendro estuviese realmente arrepentido ni siquiera se habría atrevido a dirigirme la palabra, y si se hubiese atrevido sería para pedirme una disculpa. Sino, ni olvido ni perdón.