Igual a mí me mando una ONG a la puerta de mi oficina un chico guapísimo. Que cosa tan incomoda porque después de un minuto de verlo (y que mis ojos disfrutaran con ello pero mi cara sufriera de tan roja que estaba) resulto que no solo el chico solo quería una donación para la ONG (que eso era obvio) sino que era bastante malo convenciendo y de hecho, tengo la certera sospecha de que no sabía bien en lo que estaba trabajando.
Puros trucos sucios, sigue adelante, sigue adelante.