Ayer salí al centro de la ciudad, específicamente a un negocio de música a comprar un paquete de cuerdas para mi guitarra y una correa nueva para la misma. Estaba bastante asustado de entrar, y como si fuera poco, hace unos días había salido a otro negocio donde no tenían las cuerdas y al preguntarle al que me atendió si podía hacerle una consulta, respondió con un "No" tajante, y aunque era una broma, me hizo sentir muy mal.
Estuve 10 minutos mirando los productos en exposición y juntando fuerzas para entrar. Cuando finalmente lo hice, transpirando, me atendieron de forma muy amable, tenían las cuerdas que yo buscaba y como a esa hora no había otros clientes, tuvimos una charla distendida sobre guitarras
Sin embargo, con esa charla olvidé preguntar sobre la correa, y al salir del negocio y percatarme de mi error sentí algo de miedo por volver al mismo, pensando que quizás sería una situación vergonzosa. Esta vez estuve 20 minutos en un gran estado de nerviosismo y angustia, dado que no podía decidir si afrontar el miedo o no. Cuando me animé a entrar de vuelta, las cosas siguieron igual, me trataron con la misma amabilidad y me llevé una correa preciosa y que combina con mi guitarra perfectamente. Y lo más importante: Al menos por unas horas vencí los temores y fui libre