Le escribí esto a una extraña. La vi. Me fue invadiendo la mente. Y una noche de insomnio hice esto. La esperé mas de dos semanas creo, hasta que apareció nuevamente. Me armé de todo el valor que pude y se lo entregué rápidamente.
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Señorita #######:
Lo primero que quiero decirle, con todo el debido respeto, es que usted me parece muy hermosa. Sus ojos son bellísimos, son de verdad muy muy lindos. Estoy seguro que se lo habrán dicho montones de veces, pero yo le digo: la suma de todas esas veces apenas podría empezar a describir lo hermosos que en verdad son. Y pensar que ellos son, tan solo, una parte su belleza entera.
Los días que usted decide pasar por mí negocio, y la veo entrar por la puerta, de inmediato siento que se forma una especie de hueco dentro mío, y que algo sube a mi rostro: es una sonrisa, y tal vez hasta mi cara se enrojece un poco. No sé si se habrá dado cuenta, pero quiero pensar que no, y que el esfuerzo que hago para disimularlo ha servido de algo.
Mientras usted está ocupada en la computadora, encargándose de sus asuntos, yo me lleno de una sensación de torpeza y nerviosismo, y me alegro cuando un cliente llega, obligándome a concentrarme en otra cosa y despejando mi mente.
Podría decir que no sé lo que me pasa con usted, pero lo cierto es lo más obvio: que usted me gusta.
Espero no se sienta ofendida por lo que acabo de escribir y le aseguro que lo que menos quiero es incomodarla. Le pido disculpas si la he molestado de alguna manera por lo que acabo de decirle, y también por lo que le preguntaré a continuación:
¿Aceptaría usted que le invitara un café y quizá también a ver una película, uno de estos días?
Perdóneme, pero ojala yo tenga la suerte de que usted se anime y me diga que acepta.
Ahora bien, yo sé que soy un completo extraño para usted, y comprendo que tal razón es más que suficiente para que decline terminantemente la invitación que le hago; y además, aunque no sea algo de mi incumbencia, sé también que es bastante probable que una mujer tan atractiva como usted no esté soltera, y en consecuencia, puede que no tenga el mínimo interés en conocer a nadie más. Lo que quiero decir es que, aunque fuera triste para mí, no me sorprendería que su respuesta resulte en todo caso negativa ya que, para usted, esto es algo que ni pidió ni buscó, y desde luego es inesperado por decir lo menos. Aquí no me queda más que solicitar su amable comprensión: sin duda ya sabe cómo es y cómo pasa a veces, que uno ve a alguien y siente como un flechazo, aunque no quiera.
Ahora, le reitero que no es ni ha sido nunca mi intención ofenderla, y me disculpo de nuevo, si lo he hecho.
Por favor, siéntase con la libertad de responderme lo que usted quiera y decida: yo no soy nada más que un simple admirador suyo, y usted no debe tener ningún miramiento conmigo.
Una última cosa: si corro con la fortuna de que considerara contestarme, y no importando si acepta o rehúsa, le suplico hacerlo por escrito, aunque fueran dos o tres renglones si le place, y que para mí serían más de lo que esperar puedo.
Me atrevo a pedir esto porque me parece una manera más discreta, y así pienso que tal vez podríamos ahorrarnos un par de vergüenzas; en segundo lugar creo que uno se puede expresar mejor, y en tercer lugar, abusando un poco de la buena fe que con seguridad usted posee, me estaría concediendo la satisfacción personal de conservar las palabras que usted haya decidido obsequiarme, sean las que sean, como un tesoro: ¿no ha guardado usted un tesoro, alguna vez, en algún lugar?
Me despido, Señorita, y deseo que esto no haya sido para usted una molestia o algo peor, una atroz cursilería, viniendo de un extraño. En agradecimiento por sus visitas, y la oportunidad que tengo de verla, quiero regalarle algo que en particular considero hermoso: cuando tenga tiempo busque en YouTube un video que se llama “Mario Benedetti - Estados de ánimo” en el canal “fuerasantaclaus”. Es un poema, en la voz de su autor.
P.D.2: Y decidí hablarle de usted porque es más bonito ese tono en una carta, ¿no cree?
P.D. 3: no quiero ser grosero pero… ¿me daría su teléfono? ¿O sería mejor le diera el mío? ¿O ambas?
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Le quite algunas partes, porque no son necesarias aqui.
La vi después y esperé que me respondiera. No me dijo ni dio nada. Y yo no fui capaz de decirle nada. Y me di cuenta que puse demasiada fe en esa carta.
¿Exageré? Según yo es aceptable. ¿Opiniones o consejos? Gracias de antemano