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19-ago-2013
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http://acapulco70.com/las-putas-intelectuales
Descubrí una idea importante cuando estaba en la universidad. Por aquella época era una snob insoportable, me consideraba una intelectual, y me gustaba rodearme de intelectuales como yo. Vicente era de mis mejores amigos y era así, de esos que estudian filología y ven documentales suecos, de los que coleccionan discos de vinilo y se hacen tatuajes literarios.
Vicente se había encontrado una novia parecida a él. Raquel era una chica de las buenas: inteligente, interesante, puntual, excelente novia, estudiaba filosofía, y me recordaba a Vilma de Scooby Doo. Para el aniversario de un año Raquel le regaló a Vicente un vinilo raro de The Velvet Underground que encontró en ebay y mandó a pedir. Eran, a los ojos de todo el mundo, la pareja ideal.
La amistad es algo muy simple cuando tienes 20 años. Si alguien comparte tus gustos en música, en cine, en literatura, si se viste como tú, y si entiende tus referencias, entonces asumes que su compañía merece la pena, y le haces un espacio en tu vida.
No todos mis amigos eran intelectuales. En la universidad mis compañeros eran diferentes a mí. Mi amiga María, por ejemplo, estaba buena, tenía un buen par de tetas, gestos de actriz porno, y poco en la azotea: los hombres babeaban por ella. Sus pensamientos más profundos giraban en torno a, digamos, la nueva crema humectante de Clarins, pero me hacía reir, y era dulce conmigo. Así que pasaba tiempo con ella, y de vez en cuando la invitaba a hacer cosas fuera de la universidad, casi siempre a solas porque me daba vergüenza presentarla a mis amigos.
Mi amistad con Vicente se terminó abruptamente por varias razones, pero la que le dio el jaque a la amistad es que me abrió los ojos a algo que he venido a llamar la prostitución intelectual. Ocurrió así: en mi clase de cine nos mandaron a hacer un cortometraje. Como siempre ocurría terminamos haciendo el trabajo de 15 personas entre 3. Como había demasiado trabajo por hacer y poca voluntad de hacerlo por parte del resto del equipo, le pedí a mi amigo Vicente que nos ayudara. Vicente se trajo a su novia a la grabación, y conocieron a todos mis amigos de la universidad, incluyendo a María.
Ahora bien, hasta ese momento yo creía que las mujeres que están buenas van con tipos como ellas, y que las mujeres inteligentes van con los hombres inteligentes, ¿no?, tiene sentido. Mi lógica me decía que aunque las chicas más guapas encontraban un novio con facilidad, que el grueso de la población se sentía atraído por ellas, pero que debía existir por huevos un nicho diferente, un espacio idóneo (aunque más reducido) para las inteligentes lleno de tíos sensibles que ven más allá de la apariencia. En estos nichos, imaginaba yo, tu inteligencia era un arma de seducción. En lugar de ocultar esa rareza natural, había que darle cierto bombo, ¿no?, porque “el tipo que merece la pena te va a querer por como eres”.
Yo pensaba que Vicente formaba parte de esa demográfica. Era inteligente, era mi amigo, le gustaba la cantante de Rilo Kiley, joder, era mi amigo, ERA MI AMIGO. No sólo creía que pertenecía a ese nicho, sino que además lo consideraba un gran exponente del género, bastaba con conocer a su novia. Pero en cinco minutos se me vino abajo la visión del mundo cuando al final de la tarde y a espaldas de su novia Vicente me pidió el número de teléfono de María. Y no solamente él, no, todos mis amigos raros e intelectuales la conocieron esa semana durante la grabación, y todos, TODOS, quedaron flechados. Románticamente flechados. De confesar que no podían dejar de pensar en ella.
Esta chica que no tenía tema de conversación, que no abrió la boca en toda la semana, cuyo timbre de voz probablemente era desconocido para ellos, los puso de rodillas. ¡A los nuestros! ¿Son un par de tetas lo único que se necesita? ¿Era el nicho una falacia?
A ver, mi problema no es que les gustara María, que a fin de cuentas era una chica fantástica, con sus tetas y su sensualidad, y su buen humor, y su dulzura. Mi problema es que teniendo una novia de dos años con la que compartía sus gustos, sus expectativas, sus ideales, planes de vida, y que además era inteligente y buena con él, mi amigo hubiera terminado prefiriendo las tetas. Ni siquiera las tetas, la remota posibilidad de unas. Mi problema es que confesara haber sido “flechado” por una persona con la que no había intercambiado ni dos frases.
Mi mayor problema de todos era que la traición que le estaba haciendo a su novia no se la estaba haciendo solamente a ella. Vicente estaba traicionándome a mí también. Sus acciones revelaban que a la hora de la verdad si eres mujer la inteligencia no seduce a nadie.
La queja de los hombres la conocemos todos: las mujeres pasan del buen tío, del que está allí para ellas, y se van a follar con un exconvicto motorizado lleno de tatuajes que las trata como mierda. Hasta tenemos un término para el buen tío. Lo llamamos “Pagafantas”, nos reímos de él, pero en el fondo lo compadecemos, quisiéramos que ganara la batalla aún sabiendo de antemano que la ha perdido.
Lo que no nos planteamos las mujeres es que nosotras también somos muchas veces las protagonistas de esa historia. La buena tía es una pagafantas sin serlo, es una **** intelectual. El novio de una **** intelectual está con ella porque es su última opción, es su compañera de shopping, la coge de la mano mientras busca en los escaparates un modelo mejor, es exactamente lo mismo que ocurre en la historia de la tía que se junta con un pagafantas. Ambos están buscando la primera salida de emergencia. No importa qué tan buena novia sea la **** intelectual, para él ella siempre será una novia de segunda.
Conozco muchas putas intelectuales. Esas chicas estupendas que te parecen lo máximo, y que no te explicas cómo es posible que pasen años solas, que no liguen ni por accidente. Suelen estar rodeadas de amigos que las tratan como hombres y les cuentan sus problemas. Los mismos amigos que se van con chicas tetonas de azoteas vacías cuando llega la hora del romance.
Solemos creer que la razón por la que el hombre intelectual se va con la tetona es la misma razón por la que la tía buena se va con el ex-convicto. Creemos que lo hacen porque tienen a su disposición a alguien que absorbe el resto de sus necesidades emocionales. Que si cuando toca follar se van con ellos es porque tienen su propio pagafantas en speed dial, su propia **** intelectual a la que regresar. Y peor aún, nos contamos una mentira muy cruel, nos convencemos de que es posible cambiar la situación si las mujeres inteligentes dejan de ser putas intelectuales de sus amigos. Si los pagafantas abandonan a la tía buena. Creemos que son necesarios y que sus parejas ideales se verán forzados a buscarse una tía inteligente, o un buen hombre cuando descubran su falta. Que los echarán de menos, que se darán cuenta de cuánto los necesitan, y remotamente, en algún entresijo del subconsciente, creemos que volverán a ellos.
La realidad es que la tía buena ya tiene amigas. Van juntas a hacerse la manicure y a ver pelis de Jennifer Aniston. Son sus amigas las que absorben esas necesidades emocionales, no el pagafantas. El tío intelectual tiene amigos también. Suelen tener pelos en las piernas, ven partidos de fútbol juntos y juegan a la Xbox. No necesitan a la **** intelectual. La **** intelectual y el pagafantas no son considerados amigos sino mascotas.
Pero esto no quiere decir que no hay esperanzas. Si tienes una amiga que es una **** intelectual, o si tú misma lo has sido, si conoces a un pagafantas y le tienes aprecio, si quieres darle una mano a uno de estos seres estupendos que la naturaleza ha dejado al margen de manera injusta, hazles un favor y comparte con ellos esta idea:
Los inseguros y las inseguras, los feos y las feas, los chicos sensibles, las chicas raras, los pagafantas y las putas intelectuales son legión y no se dan cuenta del poder que tienen en sus manos. Deberían hacerse un favor todos y ligar entre sí. Darle la espalda a la fantasía a la que se aferran, pero no para que esas personas escarmienten, sino para encontrar su propia felicidad en otro lado, para buscar a alguien que les corresponda. Si esto pasara el mundo se libraría de rechazos y ganaría enamorados. Menos solteros llorando su infortunio y más gente pasándolo bien.
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19-ago-2013
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Para mi, el conformarse no es la solucion a nada...
ojala pudieramos ser menos superficiales, pero la verdad es algo dificil cambiar algo con lo que nos criamos y que vemos todos los dias...
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19-ago-2013
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Cita:
Iniciado por Elodin
...Creo que las dos posturas son incorrectas, ¿como simplificar tanto las relaciones humanas? ¡No hay reglas para esto! Pero como siempre, los humanos intentamos comprender el mundo, comprender lo que nos agobia y convertimos o pretendemos convertir algo tan complejo en un piedra, papel y tijeras. Bendita inocencia...
Muy, muy incorrecto a mi parecer, y no me gusta como se siguen fabricando esas etiquetas, como el "pagafantas" y ahora la " puta intelectual".
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apoyo al compañero
CREO que el SER HUMANO es infinito en cuanto a POSIBILIDADES
creo que "encerrar" ésas posibilidades en el género sexual .. es patético
un cliché pasado de moda, útil quizás para una adolescencia muy púber o para conservadores moralistas religiosos .. que quizás encuentren el texto interesante
pero .. NADA mas, no creo que supere la barrera de lo VERDADERAMENTE INTERESANTE
lo que me llama la atención de ésto, que (por su forma) está redactado hacia la mujer, pero por su contenido, para hombres ..
así que destaco éso, una excelente capacidad de auto-crítica, en caso de q seas mujer y lo hayas escrito tú
o una excelente creatividad a la hora de "intentar" llamar la "atención de desprecio" a los dos géneros, algo así como un texto "agridulce" en el caso de q seas hombre
y luego .. el enmarcar el relato en una situación idílica "la universidad" .. pues, el relato pasa al plano de ser leído para viejos y viejas chotos, verdes y pajeros que sólo han visto la "universidad" mediante películas
ok, fue mi crítica .. si lo escribiste tu, creo que capacidad no te falta, pero sí objetivos mas claros
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19-ago-2013
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Si hombre… ahora mismo me pongo a tirarle los tejos al primero que pille solo porque sea un pagafantas…
Es que el error es dar por sentado que todos los que están solos es porque persiguen un ideal de persona. Yo por ejemplo, no busco un perfil ni una etiqueta. Si veo a alguien que me gusta, ni me daría cuenta de si es pagafantas, intelectual, judío, o marciano... ni me importaría un pimiento.
Aunque está claro que el pagafantas si persigue un tipo específico de mujer, ya que si no se iría con cualquiera y no sería un pagafantas. Pero en el caso de las mujeres habrá de todo, pero tiende a ser de otra forma. Porque creo que si la intelectual no se va con un pagafantas es porque estos solo buscan tirarse a la chica popular, no hacer planes de futuro, y la intelectual no siempre tiene las mismas expectativas o necesidades que el pagafantas, independientemente de que el tío sea un pagafantas o no, ya que tampoco creo que a una chica así le guste tampoco un chulito vacilón que la incomode con su forma de expresarse y solo se le insinúe para ir a la cama.
¿No se trata de que todos encuentren lo que necesitan?... pues con este planteamiento lo que haces es imponer algo, no me parece que cumpla con lo que promete.
Vamos, resumiendo, que en el caso de las chicas que están solas, la mayoría de las veces, si no están con ese tipo de chicos es porque no comparten ni las mismas necesidades ni buscan lo mismo, no serviría de nada, acostarse con un pagafantas solo ayuda al pagafantas, la chica sigue estando sola, ya que en la mayoría de los casos el chico es el típico pajero inmaduro que ha idealizado determinada imagen femenina y no busca una novia, y en cambio las chicas solitarias solo necesitan alguien con quien compartir cosas y ratos entretenidos... y que las quieran, supongo.
La única finalidad del pagafantas es tener sexo con la chica de sus sueños o la mujer a la que ha idealizado.
¿Cómo carajo se supone que van a sacar algo de alguien que tiene una idea totalmente distinta de la tuya en cuanto a relaciones?, va más allá de una simple etiqueta, es que son personas totalmente opuestas.
De todas formas, encasillar y juzgar a la gente en base a una etiqueta, como si fuera su única característica o como si todos los de ese saco fueran clones, me parece un poco bastante inmaduro. Es como los típicos motes que se usan en el instituto.
Yo supongo que también habrán mujeres intelectuales que estén buenas ¿o solo por ser atractiva dejaría de ser intelectual?, yo he visto a mujeres mucho más inteligentes y con cultura de lo habitual y que además son bastante atractivas.
Es que no se puede encasillar así a las personas, porque somos mucho más complejos que eso. (Salvo excepciones). Si no sal, vive la vida, conoce todo tipo de gente y lo descubrirás… y si ya lo haces, quizás lo que te hace falta es un poco de madurez.
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20-ago-2013
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Estoy de acuerdo contigo, esto es lo que suele pasar, y si, de seguro tiene que ver con nuestras inseguridades...
Y llenar ese vacío emocional presente, en la mayoría de gente intelectual... Ya que, yo me he dado cuenta, que eso de convertirte en un intelectual, la mayoría, por no decir todas las veces... Es, porque deseamos llenar ese vació emocional que tenemos, o al menos, olvidarnos de su existencia, debe ser algo que viene desde que somos niños, si, así que de seguro ni nos dimos cuenta como comenzó...
Y pues el ejemplo de chica que tu me das aquí, pues, la verdad, me ha pasado... (Aunque también era inteligente la chica, de hecho lo és D Pero vive en Francia :/, y yo en Ecuador...
Sobre todo, más que el buen par de tetas que tu mencionabas jajaja
Eso del timbre de voz suave *---*
Pues, no creo que esté del todo mal, ya que esas características en una chica, denotan una gran sensibilidad, y pues obviamente, a los que hemos tendido a intelectualizar todo y dejar de lado nuestros sentimientos, pues es algo, que nos llena...
Entiendo el porque de tu manera de pensar, que en sí, termina siendo una queja... Pero bueno, la única solución a esto, sería, darnos cuenta el porque de nuestros vacíos emocionales, y pues, hacer lo posible por llenarlos, y créeme que es muy dificil esto :/
De mi parte, me doy cuenta que tiendo a reprimir mis sentimientos, creo que desde los 14... Y no me permite disfrutar de la vida :/ Aunque no todo el tiempo me pasa, es horrible, y me genera mucha ansiedad :(
Lo peor es que ahora que he caido en cuenta de esto, a pasado a ser algo inconsciente, y ya no depende tanto de mi, cambiarlo... :/
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20-ago-2013
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Nunca he conocido una p uta intelectual. Supongo que soy incompatible con la mayoría de las mujeres ajajaajajajaja.
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20-ago-2013
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Si existe tal cosa, me encantaría departir con putanas intelectualoides. Que charla más animada seria esa.
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Última edición por Will-Wonka; 20-ago-2013 a las 23:20.
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20-ago-2013
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Me gusta tu artículo, muy bien redactado, redondo, conciso, que te lleva a una conclusión inapelable. Pero es sólo eso: sólo tu opinión.
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25-ago-2013
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A mi en la Universidad me despreciaban y discriminaban porqué se creían que no era inteligente, y ni siquiera me conocían de nada.
Putos prejuicios
Cita:
Iniciado por ketket
http://acapulco70.com/las-putas-intelectuales
Descubrí una idea importante cuando estaba en la universidad. Por aquella época era una snob insoportable, me consideraba una intelectual, y me gustaba rodearme de intelectuales como yo. Vicente era de mis mejores amigos y era así, de esos que estudian filología y ven documentales suecos, de los que coleccionan discos de vinilo y se hacen tatuajes literarios.
Vicente se había encontrado una novia parecida a él. Raquel era una chica de las buenas: inteligente, interesante, puntual, excelente novia, estudiaba filosofía, y me recordaba a Vilma de Scooby Doo. Para el aniversario de un año Raquel le regaló a Vicente un vinilo raro de The Velvet Underground que encontró en ebay y mandó a pedir. Eran, a los ojos de todo el mundo, la pareja ideal.
La amistad es algo muy simple cuando tienes 20 años. Si alguien comparte tus gustos en música, en cine, en literatura, si se viste como tú, y si entiende tus referencias, entonces asumes que su compañía merece la pena, y le haces un espacio en tu vida.
No todos mis amigos eran intelectuales. En la universidad mis compañeros eran diferentes a mí. Mi amiga María, por ejemplo, estaba buena, tenía un buen par de tetas, gestos de actriz porno, y poco en la azotea: los hombres babeaban por ella. Sus pensamientos más profundos giraban en torno a, digamos, la nueva crema humectante de Clarins, pero me hacía reir, y era dulce conmigo. Así que pasaba tiempo con ella, y de vez en cuando la invitaba a hacer cosas fuera de la universidad, casi siempre a solas porque me daba vergüenza presentarla a mis amigos.
Mi amistad con Vicente se terminó abruptamente por varias razones, pero la que le dio el jaque a la amistad es que me abrió los ojos a algo que he venido a llamar la prostitución intelectual. Ocurrió así: en mi clase de cine nos mandaron a hacer un cortometraje. Como siempre ocurría terminamos haciendo el trabajo de 15 personas entre 3. Como había demasiado trabajo por hacer y poca voluntad de hacerlo por parte del resto del equipo, le pedí a mi amigo Vicente que nos ayudara. Vicente se trajo a su novia a la grabación, y conocieron a todos mis amigos de la universidad, incluyendo a María.
Ahora bien, hasta ese momento yo creía que las mujeres que están buenas van con tipos como ellas, y que las mujeres inteligentes van con los hombres inteligentes, ¿no?, tiene sentido. Mi lógica me decía que aunque las chicas más guapas encontraban un novio con facilidad, que el grueso de la población se sentía atraído por ellas, pero que debía existir por huevos un nicho diferente, un espacio idóneo (aunque más reducido) para las inteligentes lleno de tíos sensibles que ven más allá de la apariencia. En estos nichos, imaginaba yo, tu inteligencia era un arma de seducción. En lugar de ocultar esa rareza natural, había que darle cierto bombo, ¿no?, porque “el tipo que merece la pena te va a querer por como eres”.
Yo pensaba que Vicente formaba parte de esa demográfica. Era inteligente, era mi amigo, le gustaba la cantante de Rilo Kiley, joder, era mi amigo, ERA MI AMIGO. No sólo creía que pertenecía a ese nicho, sino que además lo consideraba un gran exponente del género, bastaba con conocer a su novia. Pero en cinco minutos se me vino abajo la visión del mundo cuando al final de la tarde y a espaldas de su novia Vicente me pidió el número de teléfono de María. Y no solamente él, no, todos mis amigos raros e intelectuales la conocieron esa semana durante la grabación, y todos, TODOS, quedaron flechados. Románticamente flechados. De confesar que no podían dejar de pensar en ella.
Esta chica que no tenía tema de conversación, que no abrió la boca en toda la semana, cuyo timbre de voz probablemente era desconocido para ellos, los puso de rodillas. ¡A los nuestros! ¿Son un par de tetas lo único que se necesita? ¿Era el nicho una falacia?
A ver, mi problema no es que les gustara María, que a fin de cuentas era una chica fantástica, con sus tetas y su sensualidad, y su buen humor, y su dulzura. Mi problema es que teniendo una novia de dos años con la que compartía sus gustos, sus expectativas, sus ideales, planes de vida, y que además era inteligente y buena con él, mi amigo hubiera terminado prefiriendo las tetas. Ni siquiera las tetas, la remota posibilidad de unas. Mi problema es que confesara haber sido “flechado” por una persona con la que no había intercambiado ni dos frases.
Mi mayor problema de todos era que la traición que le estaba haciendo a su novia no se la estaba haciendo solamente a ella. Vicente estaba traicionándome a mí también. Sus acciones revelaban que a la hora de la verdad si eres mujer la inteligencia no seduce a nadie.
La queja de los hombres la conocemos todos: las mujeres pasan del buen tío, del que está allí para ellas, y se van a follar con un exconvicto motorizado lleno de tatuajes que las trata como mierda. Hasta tenemos un término para el buen tío. Lo llamamos “Pagafantas”, nos reímos de él, pero en el fondo lo compadecemos, quisiéramos que ganara la batalla aún sabiendo de antemano que la ha perdido.
Lo que no nos planteamos las mujeres es que nosotras también somos muchas veces las protagonistas de esa historia. La buena tía es una pagafantas sin serlo, es una **** intelectual. El novio de una **** intelectual está con ella porque es su última opción, es su compañera de shopping, la coge de la mano mientras busca en los escaparates un modelo mejor, es exactamente lo mismo que ocurre en la historia de la tía que se junta con un pagafantas. Ambos están buscando la primera salida de emergencia. No importa qué tan buena novia sea la **** intelectual, para él ella siempre será una novia de segunda.
Conozco muchas putas intelectuales. Esas chicas estupendas que te parecen lo máximo, y que no te explicas cómo es posible que pasen años solas, que no liguen ni por accidente. Suelen estar rodeadas de amigos que las tratan como hombres y les cuentan sus problemas. Los mismos amigos que se van con chicas tetonas de azoteas vacías cuando llega la hora del romance.
Solemos creer que la razón por la que el hombre intelectual se va con la tetona es la misma razón por la que la tía buena se va con el ex-convicto. Creemos que lo hacen porque tienen a su disposición a alguien que absorbe el resto de sus necesidades emocionales. Que si cuando toca follar se van con ellos es porque tienen su propio pagafantas en speed dial, su propia **** intelectual a la que regresar. Y peor aún, nos contamos una mentira muy cruel, nos convencemos de que es posible cambiar la situación si las mujeres inteligentes dejan de ser putas intelectuales de sus amigos. Si los pagafantas abandonan a la tía buena. Creemos que son necesarios y que sus parejas ideales se verán forzados a buscarse una tía inteligente, o un buen hombre cuando descubran su falta. Que los echarán de menos, que se darán cuenta de cuánto los necesitan, y remotamente, en algún entresijo del subconsciente, creemos que volverán a ellos.
La realidad es que la tía buena ya tiene amigas. Van juntas a hacerse la manicure y a ver pelis de Jennifer Aniston. Son sus amigas las que absorben esas necesidades emocionales, no el pagafantas. El tío intelectual tiene amigos también. Suelen tener pelos en las piernas, ven partidos de fútbol juntos y juegan a la Xbox. No necesitan a la **** intelectual. La **** intelectual y el pagafantas no son considerados amigos sino mascotas.
Pero esto no quiere decir que no hay esperanzas. Si tienes una amiga que es una **** intelectual, o si tú misma lo has sido, si conoces a un pagafantas y le tienes aprecio, si quieres darle una mano a uno de estos seres estupendos que la naturaleza ha dejado al margen de manera injusta, hazles un favor y comparte con ellos esta idea:
Los inseguros y las inseguras, los feos y las feas, los chicos sensibles, las chicas raras, los pagafantas y las putas intelectuales son legión y no se dan cuenta del poder que tienen en sus manos. Deberían hacerse un favor todos y ligar entre sí. Darle la espalda a la fantasía a la que se aferran, pero no para que esas personas escarmienten, sino para encontrar su propia felicidad en otro lado, para buscar a alguien que les corresponda. Si esto pasara el mundo se libraría de rechazos y ganaría enamorados. Menos solteros llorando su infortunio y más gente pasándolo bien.
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25-ago-2013
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Muy bueno el texto, la verdad, si destaca un punto muy interesante, pero como siempre, es opinión del autor, cada persona es diferente y aunque haya millones de personas que encajan con el perfil hablado, yo considero que algunas se quedan en la mitad, o que se encuentran fuera.
Y las que no somos ni la tipa de las buenas tetas, ni la **** intelectual, como ligamos? estamos destinadas a la soledad??
SI bien no me gusta el motociclista tatuado, ni el extremadamente inteligente, que hago??
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