Tu tierna luz
Dios de bondad,en el niño del pesebre
ha brillado en medio de la noche,
tu luz eterna.
Ilumina también mi oscuridad
con tu tierna luz.
Expulsa las tinieblas de mi miedo,
de mi tristeza, de mi soledad
y lléname del amor que resplandece para mi
en el rostro de tu Hijo.
Cuando desespero de mi mismo
y me desconcierto a veces por el ser humano y su frialdad,
que la suave luz del niño Divino
me impregne y caliente.
Dame la esperanza de que tu amor
es más fuerte que todo odio,
de que tu luz puede iluminar toda oscuridad.
Convierte mi corazón en un pesebre para tu Hijo,
y hazme experimentar la paz
que brota del Niño del pesebre
y que desea colmar también mi corazón.
Cuando Cristo nazca en mi,
cuando llene mi corazón,
barruntaré algo de la paz que de él brota.
No es una paz que se tenga que imponer
con la fuerza de las armas.
Su paz fluye de un corazón
que está lleno de amor.
Con este corazón lleno de amor
pienso en todos los seres humanos
que en Navidad están solos,
que han perdido un ser querido,
que se sienten abandonados.
Algunos tienen miedo, precisamente en Navidad
de que su vida no tenga buen éxito.
Recuerdan las muchas fiestas de navidad
en las que se sabían protegidos y amados.
Este recuerdo no les consuela,
sino que les duele, porque hoy
se sienten de manera muy distinta.
Que tu suave luz
fluya también en su corazón,
para que se sientan protegidos por tu amor,
para que perciban que también su oscuridad
queda iluminada por tu luz.
Amén.