Se ha visto infinidad de veces, a pesar de estos 'movimientos' de moda como el feminismo, que el mayor deseo de toda mujer es formar una familia, tener hijos. Contrario a la tendencia actual de que una mujer 'libre', 'independiente', rechaza la relación de pareja y a la familia en pro de su 'crecimiento personal', la realidad es lo que ha venido a suceder desde antes de que siquiera conociéramos la civilización.
Curioso es el hecho, de que este pensamiento se haya originado en la desesperada mente de mujeres con características en común, como una edad por encima del tercer piso, atributos físicos abajo del canon de belleza establecido, o lesbianismo activado por traumas de la infancia, entre otros detalles que contrastan con lo que la expectativa de la especie escribió hace mucho de cómo debe ser una mujer ideal: joven, hermosa y saludable. Todo lo contrario a cualquier representante de dicha 'oleada'.
Basta con observar detenidamente el panorama social para darse cuenta de la veracidad de esto, cada cierto tiempo ocurre un
boom de este tipo con deducibles propósitos.