"La comparación con los demás nos sirve para desarrollar, plasmar y validar nuestros recursos, o sea, para crecer como personas, compararse es normal, aunque también debemos tener en cuenta que siempre habrá alguien que haga las cosas mejor que uno mismo, que sea más inteligente, guapo o triunfador.
Pero cuando uno se siente
inferiores porque se compara con otras personas y le parece que tiene menos recursos para conseguir aquello que otros alcanzan con naturalidad. Es decir, que debiera saber o poder hacer determinadas cosas y no es así.
Cuando una persona se siente inferior y se comporta como tal, está dando vida a una "profecía" que se autocumple, porque los demás no ven lo que somos sino lo que mostramos.
Para salir de este callejón sin salida y resolver este problema complejo debemos aprender habilidades que nos permitan plasmar en la realidad todas nuestras competencias: podemos empezar con comportamientos en los que actuemos "como si" nos sintiéramos capaces, "como si" hubiéramos superado nuestro complejo de inferioridad. Podemos preguntarnos todas las mañanas: ¿qué haría hoy si me sintiese tan capaz como la mayoría de la gente?". Esta simple pregunta actuará como clave lógica que creará esta vez una "profecía positiva", nos pondrá delante del horizonte del que aprende y despliega toda su capacidad potencial.
Miguel Herrador, Terapeuta y coordinador del Máster en Terapia Breve Estratégica del Institut Gestalt de Barcelona