Fascil

Mejor te respondo aquí que es un ambiente más idóneo. Me quedé a medias porque no encontré nada más , el autor es Georges Perec quien de niño sufrió la ocupación nazi, su madre fue asesinada en Auschwitz-Birkenau, su hermana y sus abuelos tampoco lograron escapar al exterminio. Georges Perec es un artista muy versátil, su cretividad no sólo se limitó a la escritura. Tiene una obra de la cual hablan maravillas que se llama, "La vida, instrucciones de uso", tiene 1500 prsonajes, 167 principales.

La novela que he leído a medias se llama "Un hombre que duerme".
http://de.scribd.com/doc/190478471/G...-Duerme#scribd

Es un libro desalentador, opresivo, depre, pero con una prosa que me gusta, Perec es un malabarista con las palabras, va narrando acciones, estados y procesos con mucha imaginación y detalle. No hay romances, no hay crímenes, no hay acción, no hay vampiros jaja, los protagonistas son apenas el narrador que le habla al mundo interior de un estudiante de sociología de 25 años. Un buen día al igual que Gregorio Samsa, se dio una transformación radical en él, dejó de interesarle todo, cayó en la indiferencia, en el olvido de sí mismo, de todo lo que fue, de sus pasiones, de sus contactos, se recluye en su pequeña buhardilla, apenas sale cuando necesita lo indispensable, el entorno es solitario, como si habitara una ciudad fantasma. Se siente como un sumergirse en aguas profundas aguantando la respiración, abandonándose, hasta que algo obligue a salir a flote. Imposible no empatizar con el estudiante, frente a los palos que recibe del narrador, en parte uno se identifica y siente los palos en uno.

Hay una película también pero es mejor verla después de leer la novela.

Algunos pasajes:

"Con el paso de las horas, de los días, las semanas, las estaciones, te desprendes de todo, te alejas de todo. Descubres, a veces casi con una especie de embriaguez, que eres libre, que nada te pesa, ni te gusta ni te disgusta. Encuentras, en esta vida sin desgaste y sin otro estremecimiento que esos instantes suspendidos que te procuran los naipes o ciertos ruidos, ciertos espectáculos que te ofreces, una felicidad casi perfecta, fascinante, a veces repleta de emociones nuevas. Experimentas una tranquilidad total, te encuentras, a cada instante, preservado, protegido. Vives en un paréntesis bienaventurado, en un vacío lleno de promesas y del que no esperas nada. Eres invisible, límpido,transparente. No existes ya: sucesión de horas, sucesión de días, el paso de las estaciones, el transcurrir del tiempo, tú sobrevives, sin alegría y sin tristeza, sin futuro y sin pasado, así,simplemente, evidentemente, como una gota de agua suspendida en el grifo de una toma de agua en un rellano, como seis calcetines remojados en una palangana de plástico rosa, como una mosca o como una ostra, como una vaca, como un caracol, como un niño o como un viejo, como una rata."

"Más tarde, es un océano, un mar negro sobre el cual navegas, como si tu nariz fuera la quilla, o más bien el estrave de un gigantesco transatlántico. Todo es negro. No es de noche, no está oscuro, es el mundo entero el que es negro, naturalmente negro, como en el negativo de una fotografia, y sólo son blancas, o quizá grises, las olas que se yerguen a tu paso a cada lado de tu nariz, a lo largo de tus ojos, que son quizá los flancos del navío, allí donde antes se inscribía el as de picas, como si éste no hubiera sido más que el preludio de esta estela, huella blanquecina y ondulante que abres frente a ti al deslizarte sobre el agua negra. El agua te rodea por todas partes, mar negro, inmóvil, extraordinariamente plano, ni siquiera fosforescente, y sin embargo tienes la impresión de que podrías descubrir cada detalle, la más mínima nube si hubiera un cielo, el más pequeño pedazo de tierra si hubiera un horizonte. Pero no hay nada más que el mar, y todo tú eres estrave abriendo sin esfuerzo, sin ruido, sin vibración, las huellas blancas y profundas de tu paso, como la reja de un arado labrando un campo."