Todos llevamos la soledad como compañera de viaje, desde que nacemos hasta que morimos. Es cierto que algunas personas tienen más facilidad para relacionarse y sentirla menos, pero aún asi, solos venimos al mundo y solos tendremos que hacer el último viaje.
El dolor que produce la soledad no buscada es muy doloroso. Es como si un chuchillo atravesase el estomago unido a un sentimiento de tristeza y profunda amargura.
Además, no es necesario estar fisicamente solo para sentir la soledad, es más, puedes conocer a mucha gente pero en realidad ser solo eso: conocidos, y no verdaderos amigos. Conocidos con los que ves que realmente no tienes mucho en común y que apenas se molestan en mostrar interés por quedar con uno. Como mucho alguna frase como: pues a ver si nos vemos; ya quedaremos; etc.
Es muy triste.