Pues sí, pero el problema no es que los padres sobreprotectores (en mi caso, madre) sean malos porque hacen al hijo sensible y por tanto débil, sino que el mundo es una mierda y hay ciertos ambientes en el que los seres humanos siguen siendo animales que hablan pero sin sentimientos.
La sensibilidad, si se lleva bien, es una bendición y promueve la inteligencia y la bondad.