Pues no hace ni mes y medio que estoy en paro, y ya he recibido una oferta de trabajo. Ya había comentado algo aquí en una ocasión, que sabía que me iban a llamar de esta empresa pero no tenía muy claro si iba a poder con la presión. Tendría que pasarme el día fuera, usar transporte público con la ansiedad que eso me genera, etc...
En fín, de momento tengo que pasar varias pruebas, así que supongo que se tardara del palo de mes y medio o por ahí en entrar. Calculo, en realidad, que se dará a finales de verano. Pero vamos, tengo claro que
entro fijo.
Con la crisis que hay, es una oportunidad de lujo. Es una empresa grande, muy potente en el sector en el que me muevo, y que además ofrece la oportunidad de salir a trabajar fuera de España.
El problema,
es que realmente no quiero. Quiero decir, yo este año tenía la ilusión de centrarme en los idiomas y dejar el trabajo de lado. Pero este es un tren que se presenta pocas veces en la vida, y más con la crisis que hay. Además, quiero seguir colaborando económicamente en casa y quitarle a mi madre presión. Realmente eso es lo que más me anima a entrar en esta empresa.
Así que... Me tendré que tragar un par de pastis de Lorazepam, y echárle valor. Muchas veces pienso que sigo siendo un crío de 15 años, metido en un mundo adulto que no le gusta. No sé si soy inmaduro o qué... Pero la verdad es que voy a hacer 25 años y las cosas de "adulto" que hago, como trabajar, las hago por mi madre, para que ella no tenga que soportar todo el peso de la casa...
No sé, muchas veces me pregunto como sería yo, o que haría si ella no estuviese.