|
13-may-2008
|
|
|
Ayer lunes, enterramos a mi abuelo. Aunque era un desenlace que su familia más cercana ya esperábamos y teníamos asumido desde hacía varios días, por lo que los médicos nos habían dicho, a pesar de ello no deja de ser algo que te conmociona. Pero, parte de esa conmoción se diluye y a la vez se incrementa con los actos sociales que siguen al fallecimiento de la persona. Tanto el velatorio como el funeral, no dejan de ser algo protocolario, donde muchas personas acompañan a la familia del fallecido, más por costumbre social y por el hecho de “quedar bien” que por sentir verdaderamente algo. Para mí sería más adecuado que el funeral fuera un acto restringido a las personas realmente allegadas al finado y a la familia, algo más íntimo, sin el jaleo de parientes lejanos y vecinos con los que la relación tampoco es muy estrecha. Personalmente, tanto ajetreo de gente me aturdió. Seguro que la falta de costumbre también tuvo mucho que ver. Pero me sirvió para constatar que soy un solitario al que la relación con la gente y el socializar no le va. Hubo varios momentos en los que, mientras todos hablaban en grupitos, yo me aparté, aislándome, pues me sentía incómodo sin saber qué decir, aburrido por las conversaciones a mi alrededor. Creo que con muy contadas personas podría sentirme a gusto estando con ellas cierto tiempo. Sólo aquellas con las que el grado de confianza y “la conexión” fueran muy elevadas.
Todo este protocolo social hace más extraña aún la situación y los sentimientos. En ocasiones no te deja concentrarte en lo que ha ocurrido, parece como si fuera algo ajeno a ti, como si aquello fuera irreal. Me he planteado estos días qué clase de persona soy, si verdaderamente tengo sentimientos. La muerte de mi abuelo no me ha causado ningún dolor especial. Puede que más que dolor me haya hecho reflexionar sobre la vida, al ver la muerte en una persona tan cercana. Es extraño comprobar que alguien que el día anterior estaba ahí, que incluso hablaba sobre su propia muerte sabiéndola próxima e inevitable, hoy ya no está. El hecho de morir, tan misterioso e inasible, ha ocurrido, de forma tan natural como enigmática. Y te hace plantearte tu vida, tus miedos, piensas que tienes que aprovechar el tiempo y dejarte de preocupaciones banales. Aunque, luego, te das cuenta de que tu forma de ser condiciona tu vida y cambiar ya no es posible.
Volviendo al tema de los sentimientos, me pregunto si soy una especie de monstruo insensible. Como ya dije, no mostré ninguna tristeza en especial. Incluso mi atención se centró en algunas de las mujeres que había en el funeral, llenando mi mente de pensamientos de índole sexual. ¿Será esto normal? ¿O quizá es que no me atrevo a mostrar y ni siquiera a permitirme sentir las emociones que ahogo y oculto con este tipo de pensamientos? ¿Siento de un modo tan fuerte que construyo un muro para no sentir o soy una especie de psicópata y no siento casi nada? Puede parecer cuando menos de mal gusto, pero hasta me masturbé unos minutos en los servicios del tanatorio, mitad por aburrimiento, mitad por cómo iba vestida una vecina mía con la que años atrás fantaseaba mucho. ¿Soy un monstruo por ello? ¿No es compatible el deseo sexual como muestra de que sigo vivo con la consternación por la muerte de mi abuelo?
No obstante, también he pensado en mi abuelo fallecido, en cosas que decía, recuerdos, situaciones… Puedo mencionar, a modo de anécdota, que él me enseñó a atarme los cordones de los zapatos cuando yo tenía cinco años y aún hoy sigo atándomelos de la forma que él me dijo. También que mi abuelo le tenía especial cariño al reloj de campana que tenemos en la sala. Él era quien le daba cuerda y no permitía que nadie más lo hiciera porque decía que el reloj era muy sensible a cualquier movimiento un poco brusco. Desde que ingresó en el hospital hace un par de meses, yo he sido quien le ha seguido dando cuerda al reloj, manteniéndolo en funcionamiento en su ausencia. Mi hermano se ocupó más del cuidado de mi abuelo y de estar a su lado. Supongo que se me dan mejor las metáforas (como la del reloj) para expresar mis sentimientos que hacerlo de forma más directa. O yo que sé…
|
|
|
|
13-may-2008
|
|
|
yo creo qu no hay nada mas opuesto a los sentimientos, a expresarlos, a esa impulsividad sentimental.. que razonar, ser alguien reflexivo, consciente de la vida y la muerte, que es inevitable..como no te ha pillado por sorpresa, seguro que lo has rumiado tanto en tu cabeza que no te ha sorprendido y no te ha afectado tanto, no has estallado sentimentalmente..
a veces pienso en la muerte, auxencia de algun familiar cercano, bueno de casi todos los que me rodean, amigos ... sí me afectaria, que sentiria.. la que mas me afectaria, no se si lo demostraria, ya me hago una idea de que algun dia se ira, (como todos, si no la abandono yo antes claro....) pero segurisimo que notaria mucho su ausencia, seria mi madre...
a ver tocado tantas veces fondo, a lo mejor nos hace algo mas insensibles... no al dolor, sufrimiento de los demas... pero si a la vida/muerte...... mi abuelo antes de morirse practicamnet se fue consumiendo durante un año, muy mal debio sufrir bastante, lo pasaba muy mal cuando lo veia... su muerte era esperada... casi fue un alivio para el y para nosotros su muerte, dejo de sufrir..........
|
|
|
|
13-may-2008
|
|
|
tengo que decirte, capítulo_II, que bravo por tí. ni eres insensible, ni un monstruo, ni nada... seguramente tú has entendido mucho mejor el sentido de la vida y la muerte que la mayoría de gente que estaba en el funeral. ¿es acaso mejor persona la que pierde su tiempo en la nostalgia, o en un ritual excesivamente cargado para despedir a alguien? tú hiciste lo que tú querías, pensaste en tus cosas, porque sabías que todo aquello era de más, tú ya tenías tu visión del asunto, ya habías presentado tu respeto a tu abuelo, ya estabas en paz con él, no te hacía falta nada más. la mayoría de los demás necesitan de hablar porque no tuvieron el aprecio, valentía o oportunidad de conocerlo en vida. a tu no te hace falta.
yo también he estado en entierros y otros sitios importantes pensando en mis cosas y bien que me lo he pasado. ¿para qué perder el tiempo en algo que no te interesa?
|
|
|
|
13-may-2008
|
|
|
CAPITULO_II,
Siento que hayas perdido a tu abuelo. En cuanto a tu comportamiento lo veo como una muerte asumida; en realidad el luto es algo muy íntimo y reflexivo, me consta.
Espero continúes en serenidad.
|
|
|
|
14-may-2008
|
|
|
La muerte es un fin y no la gran tragedia. Seguramente realizaste el luto mucho antes de que falleciera.
Los otros sentimientos son comunes, y además seguramente son los que hoy estan en voga en tu cabeza.
|
|
|
|
15-may-2008
|
|
|
La muerte a pesar de todo es un acontecimiento absolutamente natural. A mí también me ha pasado el no expresar ningún signo de dolor a aflicción frente al fallecimiento de personas muy cercanas. Ello ha llevado a que me tilden de "insensible" o "monstruo frío y sin corazón", pero ya me he acostumbrado a que me adjudiquen esa clase de adjetivos.
|
|
|
|
15-may-2008
|
|
|
En mi opinión, no seniste dolor al perderlo porque en cierto modo no perdías nada. Imagina que pierdes a tus padres ¿crees que no sentirías dolor? La dependencia que tienes hacia ellos haría que sufrieras terriblemente. No porque sean tus padres, los que te dieron la vida, sino porque son los que te mantienen en ese estado de seguridad.
Yo creo que lo que nos hace sufrir lo consigue solamente porque traerá repercusiones negativas sobre nosotros, y cuanto más grandes sean éstas, más sufrimiento provocarán. Pero si no hay repercusión, todo lo que se ve no es más que parafernalia cultural. Y claro, como tú no eres una persona muy social, no entiendes bien qué es lo que hay que hacer, sentir, o decir en ese tipo de situaciones.
altruismo sólo es un eufemismo para designar al egoísmo simbiótico.
|
|
|
|
16-may-2008
|
|
|
Yo también "acepto" la muerte de una forma diferente creo yo.
Recuerdo cuando murió mi abuela, fue horrible porque era con la persona de la que más cerca me sentía y fue duro y recuerdo que en el tanatorio me fui a la calle y en un rincón me puse a llorar sólo pero de forma casi desgarradora, es como si me hubiera permitido a mí mismo ese momento de debilidad porque llorar me cuesta mucho y aunque esté roto por dentro creo que por fuera lo disimulo más y también me preguntaba por qué no lloraba más si había perdido a alguien tan especial, alguién tan cercano pero cada uno lo siente de manera diferente, a su manera, pero eso no nos hace menos, ni personas sin sentimientos.
Es curioso, en esos momentos me sentí egoista porque más que nunca deseaba tener a alguien al lado al igual que mi hermana o mi madre tenían a sus respectivos novios yo sentía que necesitaba alguien y eso me producía mas dolor porque me hacía mas consciente de mi soledad.
Creo que mi abuela era esa persona a la que yo iba a refugiarme cuando me sentía mal aunque nunca le hablara de mi "problema".
|
|
|
|
|
|