Gracias a este foro he aprendido a expresar ideas y conceptos que cuando entré no tenía muy claros, pero que fueron tomando forma y dieron base a mi forma de pensar actual. Ha sido una gran ayuda para adquirir confianza en mi forma de ser. He aprendido que merezco respeto, que no soy un enfermo mental y que tengo derecho a que se reconozca que mi forma de ver el mundo y de ser son válidas y aceptables. No soy un antisocial, no soy un psicópata por ser una persona introvertida y poco sociable. Soy igual que cualquiera. Sin embargo, parece que algo tan simple, tan elemental y obvio escapa a la comprensión de la mayoría de la gente en la actualidad. La sociedad es una gran masa estúpida que necesita ser educada lentamente acerca de los temas más sencillos...hemos tardado mucho tiempo en siquiera tener la nocion de que una persona negra no es un ser imbécil y degenerado que no merece más consideración que un animal, que una mujer no es una mascota o una propiedad, que una persona homosexual solo sigue la naturaleza que le fue otorgada. Ahora, lentamente también, dolorosamente, se va educando a la sociedad para entender que el callado, el que no sabe hacer amigos, el “raro” es un ser normal y que no debe ser menospreciado o que no se debe abusar de él simplemente porque se puede...que si te tomas la molestia de conocerlo un poco verás que es tan amigable como cualquier persona, o incluso más, que en muchas ocasiones es más observador, inteligente y amable de lo que nadie es capaz de imaginar.
Pero en fin...todos sabemos que falta mucho para que las cosas sean amables con la gente así. Hace un tiempo abrí un hilo en el que decía que no quería cambiar, que quería que la sociedad me aceptara como soy. Ahora se que me equivocaba: la sociedad nunca me va a aceptar como soy...tengo que hacer que me acepte. Que me acepte a patadas y a mentadas de madre. Si, así. Una contradicción extraña: aquel al que le gusta más pensar que hablar, debe alzar la voz para hacerse notar(otra de las cosas que le desagradan), para no dejarse ningunear, para defender lo que por derecho le corresponde: el respeto más elemental y el reconocimiento de su púta humanidad y derecho a ser tratado como cualquiera. Malditos sean, pero así es, es nuestra obligación, porque si no lo hacemos por nosotros mismos, nadie lo hará. Hay algo que está de nuestro lado. Dice un dicho que:
«Todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable.» La ira de un hombre amable. La gente idiota a la que me refiero no es sabia, no nos teme, nos desprecia...y esa es nuestra mejor carta. Cuando despertemos,
aprenderán a temernos.