Y no porque sea machista, sino por lo que me pasó hoy.
Es de todos conocido el particular gusto de los varones por admirar la mecánica del movimiento pelviano de las mujeres, particularmente la parte posterior de su anatomía, y más cuando ésta se halla cubierta de un textil entallado.
Al respecto, he oido comentarios femeninos acerca de la situación incómoda en que se ven envueltas cuando llevan a sus espaldas uno o dos tipos curiosos por un periodo de tiempo más bien extenso... Yo, como típico e inocente representante del género masculino, siempre había supuesto que tal incomodidad era una exageración cercana a lo quisquilloso, ya que el saberse capaz de agrado en el sexo opuesto, al menos de manera visual, debía servir siquiera para elevar su autoestima.
Hoy, sin embargo, al volver de hacer mis compras en el supermercado, me percate de que una
individua venía siguiendo mis pasos con particular interés en mi espalda baja... Por supuesto, la costumbre y mi objetividad me invitaron a desechar esa suposición en un principio, pero para mi sorpresa comprobé que en efecto era su objetivo cuando, al cruzar de acera dos o tres veces, la chica en cuestión continuaba disimuladamente siguiendo la ruta que mis despistados pies seguían.
Confirmo ahora que, si bien mis principios me llevan a pelear por y defender la igualdad de géneros, uno de los contras se da cuando es uno el que se vé visto (balga la rebuznancia) por detrás con singular deseo
Por eso es que desde hoy, la igualdad de sexos me da risa
...y más aun, cuando a las pocas calles se me olvidó el asunto por los jeans de una damita que caminaba delante de mi
Nos leemos.
PD: Y ahora que lo pienso, soy un estúpido: ¿por qué no me detuve a hacer plática con la admiradora de mi trasero?, ¿¿¿o por qué no me adelante a hacer lo mismo con la del trasero admirable???
Si seré... fóbico social