Yo creo que la diversidad nos enriquece porque, entre otras cosas, es un gran estimulante para el desarrollo del cerebro.
Y la libertad de expresión no sólo es a nivel individual, principalmente es de naturaleza colectiva.
Lo que le da más posibilidades de desarrollo al individuo no es la individualidad, es esa acumulación de desarrollo colectivo a través de los milenios.
Los individuos perecemos, pero la sociedad y sus valores permanecen.
Y tal vez la noción de eso tenga algo que ver con lo que llamamos espiritualidad.
Hasta que punto estamos influidos, perjudicados y enriquecidos al mismo tiempo, por algo que está más allá de nuestro cerebro individual, es algo de lo que no nos damos mucha cuenta. Y no es por quitarse responsabilidades de encima, ni agregarnos méritos que no nos corresponeden, es que la responsabilidad pasa por ver ese hecho, tomar conciencia de lo colectivo que habita en mí, reflejo vivo de lo que hay afuera, que crece y se desarrolla sin que me haya dado cuenta hasta ahora y hacerme partícipe conciente de ese fenómeno interior.
Si pude hacerme entender, estoy contento
Un abrazo espiritual, Herman.