Antes hace años hice un tratamiento con psiquiatras, psicólogos y toda la cosa pero pasa que no funcionó y quedé fue peor y más triste porque en mi vida y en mi casa nada se compuso y menos en mi interior, y resulta que soy muy mala para insistir en cosas que no funcionan y que no veo que a los demás les funcionen porque los medicamentos dejan a uno tranquilito por un rato y te hacen dormir claro que sí, pero los medicamentos no hacen que uno se sienta interesado en alguna carrera, no hacen que uno sienta que tiene cosas en común con los demás, no te motivan a ganar dinero o a tener nuevos amigos, mejor dicho que esas cosas surgen del interior de las personas cuando a Dios le da la gana de que así suceda, no gracias a los ansiolíticos o a los psicólogos. Un psicólogo por ejemplo, te puede mostrar cómo encaminar de la mejor manera un deseo o motivación que tengas y no hayas sabido cristalizar en el mundo material, pero lo que no puede hacer es implantártelo en tu cerebro o en tu corazón cuando no está allí en lo absoluto. Otra cosa es que un psicólogo nunca te va a decir por ejemplo, que debes darle su lugar y valor a tu deseo de silencio o de mirar por la ventana a la gente que pasa, o a la lluvia y a las flores. Te dirá que debes buscar un deseo dentro de ti que te permita hacer dinero para ganarte la vida. Por todo esto es que estoy confundida y enredada
porque yo sé que los psicólogos y psiquiatras no pueden ayudarme lo que no entiendo es por qué Dios me ha abandonado y no ha implantado dentro de mi ser un deseo fuerte y genuino que me mantenga motivada, me de unas buenas dosis de felicidad y me de ganas de estar viva como se supone que es lo correcto y saludable en todo ser humano.