Hola a todos
No sé si soy fóbico social. Lo que más me acerca a serlo es mi exagerada timidez. Con los años ( ya tengo 42) he llegado a sobrellevarla mejor , sobretodo en situaciones triviales. Cuando era un niño , tener que acercarme a un desconocido y pedirle algo me suponia un gran esfuerzo. Ahora puedo hacerlo con naturalidad. Incluso puedo entablar conversaciones espontáneas y disfrutar más o menos relajadamente de ellas. No obstante, en otros contextos sigo siendo una persona devorada por la timidez. Nunca he tenido novia a pesar de no ser ningun adefesio ( creo). Siempre he huido de las mujeres. A mayor atractivo, mayor incomodiad, más perentorio el deseo de huir y mayor la sensación de derrota, lógicamente. Trato de explicarme como he llegado a esta punto. Fui un niño muy tímido pero tenia buenos amigos desde los tiempos de la guardería. Ellos siguieron el "camino normal" cuando llegaron al Instituto: nuevos amigos, primeras novias, etc. Yo me quedé atrás. Incapaz de acercarme a las chicas y a extraños, fui quedándome solo. Dejé prácticamente de salir. Me escondia. A veces me arrastraban afuera, por así decirlo, pero lo pasaba tan mal, sin apenas hablar con nadie , que volvia a la cueva con renovada vocación de recluso. Así seguí en mi breve período universitario. Recuerdo la sensación de incomodidad que me dominaba en las aulas las pocas veces en las que conseguí reunir el valor para pisarlas. No tardé en abandonar.
Cuando me independicé empecé a vivir una soledad un poco más relajada. De más joven trataba de disimularla ante mis padres y familiares. Me sentia muy avergonzado de ser como era y, de alguna forma, fingia que tenia una vida social más rica. Hacia ver que salía con los amigos cuando en realidad iba solo al cine, etc. Esta sensación de vergüenza, me doy cuenta, ha sido uno de los grandes condicionantes de mi vida y me ha hecho hacer cosas que considero profundamente indignas para conmigo mismo. Ahora me dejo ser yo mismo más que antes, por así decirlo.
Soy un cuarentón solitario. Tengo un trabajo bastante bien remunerado en el que cada vez me siento más a disgusto precisamente porque me exige mucho más juego social del que puedo dar. Tengo 1 o 2 amigos a los que veo muy de vez en cuando. Lo(s) aprecio pero nos aburrimos juntos. No soy nada feliz pero, fuera del trabajo, cuando estoy solo, frecuentemente desconecto ( algo que he aprendido a hacer) y me siento tranquilo. Aunque suene extraño, creo que esta tranquilidad es el resultado de una férrea voluntad de vivir la vida con dignidad, tratándo de aceptarme como soy y en oposición a la sensación de inutilidad y fracaso que frecuentemente me han acompañado.