Los primeros seis años de mi vida, la que me cortaba el pelo era mi madre y a veces una tía (hermana de mi padre).
A los siete años comencé asistir a la peluquería, desde aquella época sentía incomodidad cada vez que me cortaban el pelo, ya que sentía que hacía el ridículo cuando iba a la escuela con el pelo más corto.
A partir de quinto de primaria, comencé a optar por raparme con el #2, así podía estar por varios meses sin tener que asistir con el peluquero, y así también duraba más tiempo sin cambios drásticos en mi apariencia.
En la secundaria le dije a mi madre que comenzara a pedir que me raparan con el #1, ya que así pasaba todavía más tiempo sin asistir a la peluquería.
En segundo de secundaria no me rapé por una temporada, y se me hizo bastante incómodo vivir así, ya que mi peinado nunca quedaba como yo quería, por lo que se me hacía ridículo asistir a clases. Lo mismo ocurrió en segundo semestre de bachillerato.
En el año 2003, mi madre compró una maquinita para cortar el pelo y me rapó con el #1, y a partir de diciembre de 2003, yo mismo comencé a raparme del cero. Los primeros días es vergonzoso por lo que uso un gorro cuando salgo a la calle, sin embargo cuando comienza a crecer el pelo y cubre el cuero cabelludo, es mucho más cómodo, ya que así uno no hace ningún ridículo con un peinado que no queda como uno desea.
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