Cita:
Iniciado por enma
Prisionero, espero el capitulo como se fue desarrollando tu espalda de nadador con impaciencia.
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Pues te adelanto que ese fue uno de mis grandes logros de la infancia, aprender a nadar en la playa gracias a mi padre. Antes de su muerte yo era mucho menos retraído, tímido pero sin fobia social. Y a él le gustaba que nadara, así que aprendí a pesar de que mi madre se peleaba con él porque decía que el agua era peligrosa y que me iba a pasar algo. Me encantaba nadar y lo hacía todos los veranos, en la playa y también en la piscina de un club privado al que dejé de ir sobre los 16 años. Después hasta los 24 o por ahí no volví a nadar ni una sóla vez porque entre que estudiaba la carrera y que ya era fóbico no tenía tiempo y en verano me quedaba encerrado frente al ordenador aprendiendo a programar y haciendo el ********** con un calor horrible porque mi madre se negaba a poner en casa el aire acondicionado (decía que provocaba resfriados), y rechazando a los compañeros de la Facultad cuando me llamaban para invitarme a pasar unos días en sus chalets. En aquel entonces nos manteníamos con la pensión de mi madre y bastantes ahorros que había dejado mi padre (él especificó que eran para mí antes de morir) pero que en teoría nunca se tocaban. Más tarde descubrí que mi madre le daba dinero a mi hermano mayor todos los meses, a pesar de que él ya estaba casado, tenía un buen trabajo y derrochaba lo que le daba la gana, mientras que nosotros estábamos en una situación precaria. Me enfadé muchísimo, me hundí. Estuve años sin hablarle a mi hermano, sin ver a mis sobrinos y casi odiando a mi madre con la que me veía obligado a convivir. Pensé en el suicidio varias veces. Luego me compré un ordenador más moderno, con Windows, gracias a una beca y a pesar de las trifulcas con mi madre para que me permitiera instalarlo (se iba a quemar la casa, decía). Cuando empezó el tema de Internet empecé a ganar algún dinero, alquilé una villa con piscina privada y allí nadaba a mis anchas en verano. Perdoné a mi hermano y a mi madre, más que nada porque me parecía cruel no tener contacto con mis sobrinos que no tenían culpa de nada, y mi madre me convenció para que les llevara conmigo todos los veranos a lugares diferentes. El primer verano fue bien, los demás siempre han transcurrido con peleas, ellos aguando la fiesta como si no quisieran estar allí, problemas,... En definitiva, que cuando estaba solo me lo pasaba mejor, excepto con mis sobrinos que disfrutaban, aunque en los últimos años también empezaron a manifestar malestar por las discusiones, y ya he decidido no volver más. Más o menos así adquirí mi espalda de nadador, aunque el pecho no lo tengo muy desarrollado.