Y nunca me había pasado, lo típico de trabarte al hablar y eso pero hoy tenía al lado a una persona muy extrovertida, a la que no conocía y al hablar, me he trabado pero bastante, a parte de haber aparecido los síntomas propios de la ansiedad: sudando a mares, respiración rápida... Todo esto me ha pasado por querer hablar deprisa. Tonta de mi. No lo volveré a hacer.
Lo peor, no es eso, que una vez más, me he despreciado por haber hecho el ridículo, por haber mostrado mi debilidad (entiéndase, inseguridad) y porque el otro, se ha crecido (estoy segura de ello) mientras yo me he sentido como un ser diminuto.