Soy médico nefrólogo, trabajo en un hospital público, tengo 63 años, estoy divorciado desde hace más de 30 años, tengo 2 hijos ya con sus carreras e independientes.
Hace unos minutos, la secretaria del Servicio donde trabajo me llamó por teléfono para recordarme que hoy se celebraba la cena de Navidad del Servicio.
Por supuesto que lo sabía (esto no se ovida con facilidad y además, ya la había pagado).
Pero fuí incapaz de decirle que no pensaba acudir.
Esto me viene ocurriendo desde hace bastantes años, no sólo con este tipo de cenas, sino con cualquier actividad social, donde haya un número elevado de personas.
Lo triste es que, aunque la gente me muestra explícitamente su cariño, yo lo paso fatal, o no bien, antes de acudir a estos eventos, aseándome, viendo si la ropa es adecuada, etc.
No quiero cansaros pero reconozco que el problema está en mí, en un miedo irracional a estar en público, y que hasta ahora no he sido capaz de resolverlo solo.