Hola, hace unas semanas me presenté brevemente... Ahora ha llegado el momento de que, quien se aburra, con un largo café o té en mano, se lea mi aburrida vida
Os contaré la historia de mi vida. Todo empezó con mudanzas. Vine de Bélgica con mi madre al sur de España, y cambié sucesivamente de casa y de colegio. En ese momento sentía que perteneciera a ninguna parte, de hecho sigo sintiéndolo. Todos han tenido su grupo de amigos de infancia, incondicionales, como si formaran parte de su familia, pero yo no. Desde que tuve consciencia, mi primer amigo fue un ordenador. Jugaba tardes y noches con un amigo real, si es que se le puede llamar así, que no me quería a mi siquiera, sino al juego de ordenador. En esos tiempos yo me llevaba mal con mi hermano, quien no sacaba buenas notas y ya se había desvirgado. Él tenía un grupo de amigos un tanto raros, y disimulaba su timidez sobreactuándola. Me caía fatal.
Crecimos un poco mi amigo y yo, y él empezó a rodearse de amigos que fumaban porros. Yo había sido criado por mi madre, en un ambiente puramente hogareño, donde el amor injustificado de las películas tomaba un papel importante. Yo solo quería besar a una niña, que me quisieran, sin embargo, me sentía como la mierda. Por si fuera poco estaba rodeado de gente que fumaba porros. Intenté entender su cultura, su porqué, pero solo sirvió para deprimirme aún más, sentirme retrasado cada vez que fumaba, y lento. Fumar me daba taquicardias. Me alejaba aún más del mundo del amor y de las mujeres. Me sentía inferior, tenía la autoestima baja. Solamente sacaba notas mejores que los de la mayoría, que tampoco eran tan buenas debido a mis contantes rayadas de cabeza. Una vez conseguí separarme de este grupo de amigos, que nunca llegué a apreciar (y tampoco entiendo por qué estuve con ellos), estuve deambulando como un nómada de grupo de amigos en grupo de amigos. Ahora veo lo larga que ha sido mi vida, las cosas por las que he pasado, y el tiempo desperdiciado en que pude estar con niñas y tener historias bonitas. En lugar de eso desperdicié mi tiempo, buscando mi sitio, que nunca encontré. Si empezara ahora a amar a alguna niña, qué tarde habría empezado, dios mío, no me querría por raro e inexperimentado.
Para confirmar que soy raro, odio las discotecas. Son lugares que me parecen muy poco piadosos, donde el que es feo es discriminado, y el que es guapo, a veces también. En una discoteca todo se reduce al físico y a la elocuencia señoril. Si no eres perfecto, eres humillado y descartado. Me traumaticé tambien con eso, en mis primeras salidas pensaba que el mundo era cruel y muy duro, pero ahora entiendo que no todo es así, solo las discotecas, y que por suerte, no estoy obligado a ir a ellas. También es cierto que el físico juega un papel importante: la atracción es esencial para obtener sexo y amor. Algo que no entiendo muy bien todavía, es que para obtener cariño, primeramente hay que tener una justificación válida hoy en día, y es el sexo. Si no has tenido sexo con una persona, queda patético demostrarle tus sentimientos a alguien, aunque a veces pueda funcionar. Durante la última parte de mi temporada de salidas por esos antros, lo hice con un amigo más perfecto que yo. Las chicas le miraban más a él, yo me sentía mal. Tenía preguntas como ¿por qué ibas a estar conmigo, niña? o ¿Qué le digo?, no tengo nada que decirle a esa niña guapa, no la conozco, y me pone nervioso pensar que debo ganármela, no somos trofeos. Veía como mi amigo de entonces brillaba y se las llevaba a todas. Él no era virgen, había tenido una relación de dos años previamente con la que hacia el coito todos los dia.
Cuando una niña te rechaza te preguntas, ¿He dicho algo malo o soy feo? ¿tienes novio? ¿por qué me miras mal? y pensaba que consiguiera lo que consiguiera, al importar más el físico en las discotecas, siempre podría llegar uno mejor y llevarte a tu novia. Ahora entiendo que de por medio están los sentimientos cegantes y los celos como mecanismo de defensa a intrusos. Ver tantas piernas en esos lugares y espaldas femeninas, brazos, caras bonitas y movimientos de cintura, me excitaba tanto que me ponía nervioso y reforzaba más mi segura humillación en frente de ellas. Una pregunta que también me ronda siempre es ¿ellas nos quieren igual que nosotros a ellas? No lo creo... pero en todo caso sí que pueden amar, pero son seres cobardes, casi siempre tenemos que ir nosotras a por ellas y asumir el riesgo, y el sufrimiento.
Un muy buen amigo es un chaval argentino, al que mantengo en la actualidad, es virgen como yo y con muy buen sentido del humor, además es una persona tranquila. Ambos nos sentimos solos e incomprendidos.
Ahora, con 18 años, me gustan dos niñas, y ambas tienen novio. Una de ellas creo que me ve como un amigo, es muy pequeña, recién cumplió quince años, y me pregunto si alguna vez ha llegado a sentir algo por mi, porque nos teníamos mucho cariño hace tiempo. Nunca llegué a liarme con ella, por esa duda, y porque en un principio iba a su casa por su hermana, de la que yo era amigo. Su hermana no me atraía pero pienso que yo a ella sí, y eso le podría haber causado mucho dolor: le podría causar mucho dolor.
La otra, una amiga que no tiene resquemor en mostrarme los condones con que folla con su novio, quien es muy feo. Me cae super bien y está buenísima, es más, me la quiero follar, no obstante, no creo que ella quiera eso conmigo. Me retuerce la duda de si ha querido eso alguna vez, porque me ha enviado, pienso, más de una indirecta, pero no he hecho nada por miedo e inseguridad, y porque le mentí: le dije que no era virgen, y si hago cualquier cosa con ella, ser daría cuenta de que sí. Además, si me rechazara, me sentiría fatal. Lo peor es que quiero pero no lo hago por miedo.
Hace poco mi vecina se murió y contemplo cómo el tiempo pasa, irrecuperable, y ellos follando y felices, y yo con miedo y solo.
THE END!