Pues copio y pego mi presentación, para no liarme:
Mi nombre aquí es Rashkolnikov. El nick está sacado de "Crimen y castigo", concretamente del personaje central de la obra. Lo tomé prestado para utilizar en este foro dado que mientras me enfrascaba en la lectura de la novela, tan cargada de rasgos y trazos psicológicos, más me adentraba en una introspección realmente ruda y desesperada de lo que había sido mi discurrir por la vida hasta esos momentos. A pesar de ser estudiante de medicina y haber estudiado la asignatura de Psiquiatría, y lo más importante, a pesar de los estúpidos y fútiles sufrimientos acarreados en los últimos años por situaciones de lo más corrientes para el común de los mortales, a pesar de todo eso, decidí seguir por un camino yermo y nefasto. Para mí y para los que más aprecio.
Remontémonos a los orígenes. Puedo decir con seguridad que ya en la infancia se podrían discernir ciertos rasgos que me hacían diferente del resto de mis coetáneos. Una personalidad un tanto ruda e irascible, timidez según en qué situaciones -quizás una forma de mutismo selectivo que nadie detectó entonces o que se quedó en eso, "timidez"-, capacidad de introspección algo fuera de lo común, inhibición en la expresión de los sentimientos, afición por fantasear, etc. No obstante, hasta el instituto fui uno más. Y así me sentía. Ya en el instituto comenzaron unos síntomas más exacerbados de timidez. Y de pudor. Mi relación con el sexo opuesto quizá se podría definir como "trámite", y poco más -dependía también del margen de confianza con la persona en cuestión. La máxima virulencia de lo que se venía gestando en mí no se desató hasta la llegada a la universidad, fuera de casa, en un mundo donde tenía que vérmelas con personas que no conocía, sin ningún conocido a mi lado como "bastión" -aunque sólo fuera psicológico-, en un medio agreste y competitivo donde nada se encuentra a merced de mi control. Entonces surge la evitación de las miradas, el sentarse atrás de todo, el miedo a ser preguntado delante de todos, incluso el miedo anticipatorio en la habitación de uno. Esto merma mi margen de acción social, intelectual, físico. En determinadas ocasiones "límite" -es decir, chorradas de lo más habituales- noto cómo mi tez gana en temperatura, y seguramente mucho en color tomate también. Incluso me tiemblan las manos, y el cuello sufre como unos espasmos que a fin de cuentas pasa a ser lo que más me preocupa.
Miedo escénico, dirán algunos. No. Esto afecta también a mis relaciones sociales, que pasan a ser casi nulas con el sexo opuesto. Me hago con unas pocas "amistades", eso sí, de calidad humana muy digna la mayor parte. Salgo alguna noche y tomo alcohol, que en un principio parece hacer bien, pero a la larga me vuelve catatónico a la hora de establecer una conversación. Me culpo por ser narcisista en el sentido de pensar que todos aquellos por los que paso están comentando algo acerca de mí, y yo que soy "consciente" de ello intento aparentar para salir indemne del apuro. Salir al súper o a tirar una bolsa de la basura me perturba demasiado, por la situación embarazosa que pueda suceder o cualquier disparate que pueda ocurrir delante de alguien, sobre todo si es alguien conocido.
Total, y por no aburrir con sintomatologías compartidas con muchos aquí, que leo "Crimen...", y recuerdo que conocí a un psiquiatra durante mis prácticas en el servicio de psiquiatría que quizás pueda ayudarme, tanto para decirme a las claras qué tengo como para atajarlo de alguna manera. Salgo de su consulta con el diagnóstico que ya le sugería: FS. Y con unas recetas de pastillas. Me sentaron bien para mis síntomas, pero noto que de alguna manera me afectan y las dejo. Me mantengo bien durante unos meses. Pero de repente vuelvo a caer, inesperadamente. Y vuelvo a recuperar la compostura de aquella manera, y en otra ocasión recaigo. Y esa es la tónica de los últimos 2 años.
Leí hace un par de meses en el otro foro de una chica con FS y esclerosis múltiple que buscaba información. Intenté registrarme y escribir, pero hasta ahora no he podido. Y un saludo a todos aquellos que padecen los síntomas de la FS, patología que realmente se sufre "en silencio", y no las almorranas que aunque molestas como un grano en el culo -qué mejor símil-, no afectan a tu vida del modo en que lo hace la FS que muy probablemente nos acompañará durante toda la vida o buena parte de ella, incapacitándonos para cosas en las que sobradamente damos la talla y quizás hasta haciéndonos parecer idiotas ante verdaderos idiotas.
Un saludo a todos. Para lo que sea, he aquí mi modesta aportación.