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Antiguo 15-oct-2005  

Hola,

Soy de los que no saben si tienen fobía social o no. Uno de los motivos por los que no lo sé es porque me aterra acudir a un médico y exponer mi situación. Cada vez que he pedido cita con un psiquiatra la he anulado en el último momento. Bueno, cada vez no, la única vez en que mi situación fue más que crítica. Creo que eso ya es un símptoma.

La primera vez que oí hablar de la FS fue a principios de verano. Después de un invierno encerrado en casa evitando el mundo exterior, es decir, sin trabajar, sin salir con los amigos, sin contestar al teléfono y rehuyendo las visitas, creí que era el momento de tomar una decisión, y esa decisión fue la de leer todos los libros de la sección psicología de la biblioteca. No me ayudaba ninguno, ni me veía reflejado en ninguno. Hasta que le toco el turno al de la Fobia Social. Aunque no me identificaba al cien por cien con ninguno de los casos clínicos expuestos y aunque sabía que mi situación no revestía la gravedad de los transtornos allí descritos no podía dejar de exclamarme a cada página: ¡ese soy yo! o ¡ese he sido yo!

Hoy he decidido buscar en internet y me ha salido este foro en primer lugar. No me lo he pensado. Intento actuar como un autómata en estas circunstancias, y me funciona bastante bien para ir tirando. He sufrido el escollo de escoger un apodo, una contraseña, de dar una dirección de correo. Todo eso es presentarse, todo eso es relacionarse... pero da igual, da igual... adelante.

Me he puesto ante este cuadrado blanco y tras tres cigarros he empezado a escribir. Me he dicho a mi mismo lo de siempre: tu hazlo como si escribieras en una pantalla que no te tiene que responder. Y las palabras están saliendo a borbotones, como véis.

Ahora tengo treinta y tres años y si pienso cuándo empezó mi conducta de evitación social me encuentro con mis primeros recuerdos en el parvulario negándome a compartir mesa, juegos y recreo. Me veo escondido debajo de los bancos para no tener que salir al patio y relacionarme con otros niños en una situación no controlada por la maestra. Seguramente la descripción que hago de ese momento está influída por quien soy yo ahora y todo lo que he vivido, pero el hecho desnudo es ese: yo, no queriendo salir del espacio controlado del aula.

Desde entonces hasta ahora, pues bueno, estoy lo que se dice trampeando con más o menos éxito.

A pesar de todo lo que me ha sucedido y de lo que opinan los demás (ese gran tema) me considero un tipo con suerte, optimista y nada dado a las depresiones. Eso lo confirman los amigos que me quieren bien y que me conocen, hasta allí dónde podemos conocernos, y algún que otro especialista en medicinas alternativas a quien consulté vagamente este verano: me admiran por mi fortaleza, por mi clara visión de los hechos y suelen concluir el comentario con que yo estoy en el buen camino para solucionarlo.

A mi esto no me ayuda para nada. Una de las frases del libro sobre la FS que mejor ha quedado gravada en mi cabecita ha sido la de que este transtorno o bien se agrava definitivamente pasados los treinta o se soluciona. Yo, vistas mis dos decadas anteriores, creo que esta, la de los treinta, es la de la solución.

Ahora mismo estoy a punto de salir para Barcelona para una cita con unos amigos a los que no veo desde hace cinco y tres años. No los he llamado en todo este tiempo, ni les he escrito. El encuentro lo ha propiciado una buena amiga con la que he superado despúes de mucho esfuerzo el miedo a la comunicación telefónica. Yo todavía no he sido capaz de llamar a los demás para detallar cómo y cuándo vamos a quedar. Como siempre he delegado esas tareas en un álma cándida que me protege. Sé cómo voy a actuar: voy a ser el muchacho alegre y extrovertido que se enfrenta a su vida con desparpajo. Sé la factura que voy a pagar: por ahora ya llevo una semana de fumar compulsivamente, de imaginar mil situaciones conflictivas que puedan surgir, todo un catálogo de diálogos con preguntas y respuestas amañadas. En definitiva, ya casi que no soy yo quien va a Barcelona, sino el apaño de mi mismo que he confeccionado en las últimas horas, acompañado, claro está, de la psoriasis que galopa furibunda en mi zona lumbar.

Bueno, creo que después de informar de mis primeros recuerdos y de los últimos, ha llegado el momento de describir sucintamente en que situación me encuentro:

No trabajo.
No envio curriculums porque me averguenzo de mi mismo. O envio curriculums que corto y recorto para asegurarme que acabaran en la papelera sin casi ser leídos.
Me llaman a casa para trabajar en puestos de responsabilidad y los rechazo. (Ya lo dije, me considero un tipo con suerte, ¡encima me llaman a casa para ofrecer buenos trabajos!)
Salgo de casa lo mínimo que puedo
Mantengo con mucho esfuerzo dos amistades, una por teléfono, otra por mail.
Los otros encuentros con verdaderos amigos los vivo como un asalto, como una batalla.
Contesto al teléfono en contadas ocasiones. Pero este es un gran avance. Hace un par de años no lo contestaba en abosulto.
Tengo unas relaciones familiares aceptables, visto lo que se da en las familias: soy el raro, y así se acepta, el de buen corazón, el hueso duro de roer, pero bueno al fin y al cabo.
Hago simulacros de entablar nuevas relaciones via internet que siempre corto cuando se propone una quedar.
Me he puesto tal coraza para evitar la realidad que ya casi no la siento nunca en presente. Solo en futuro o en pasado. Todo muy remozado para evitarme al máximo los sarpullidos.

Y un largo etcétera.

No sé si esto es FS o no. Lo que está claro es que no es la vida que me gustaría llevar. No es la vida que fácilmente podría llevar si sencillamente no me produjera pavor encontrarme frente a frente con conocidos y desconocidos.

He trabajado de profesor, he dado alguna que otra charla ante más de doscientas personas, he sido artista de performances con público numeroso, he viajado por el mundo y he conocido a multitud de gente, he sido elogiado casi siempre en mi profesión.

A todas luces soy un tipo adorable con muchas aptitudes.

Entonces qué hago encerrado en mi casa cerrándole la puerta en las narices a la vida?

Ahora voy a enviar esta presentación y voy a cerrar el ordenador para enfrentarme a una verdadera situación social. Voy a estar dándole vueltas a esto todo el día: qué he dicho, qué no he dicho, cómo lo he dicho, cómo podría haberlo dicho... Cómo si por el hecho de haber escrito estas palabras quien las leyera me pudiera mirar a los ojos y considerarme un sinverguenza inadaptado.

Pero voy a sonreir. No será una sonrisa fingida. Tampoco será una sonrisa de bienestar. Será la sonrisa de: bueno, es así, puedo ponerme triste o puedo sonreir. A estas alturas prefiero lo segundo.

Gracias por leer hasta aquí.
 
Antiguo 15-oct-2005  

HOLA DALMATA:

Me alegro por tì, has realizado muchas cosas que otros ni en sueños, por el tema de la FS digo, ser positivo es un gran paso para alcanzar metas, no le des tantas vueltas a todo, y gracias por compartir tus vivencias, ojalà te sientas bien por aquì. UN ABRAZO.
 
Antiguo 17-oct-2005  

Gracias Ariadna por tu acogida.

Estuve el fin de semana con los amigos que contaba en la presentación y que hacía tanto que no veía. Fui la persona extrovertida y sin complejos que puedo llegar a ser.

Recordamos el pasado juntos, lo bueno y lo malo que nos unió en algún momento para siempre. Descubrimos que los transtornos asociados a esta fobia social explicaban muchas cosas.

No sé si será o no, pero da razón de lo que aconteció y en su momento no entendimos. Quizá sea cierto o no, pero por el momento ayuda el hecho de creer saber que se sabe lo que te pasa.

Gracias por recordarme, siempre lo olvido, que no hay que darle tantas vueltas a las cosas. La cabeza se me dispara y si no hay un toque de atención del exterior no la detengo.
 
Antiguo 18-oct-2005  

Cita:
Iniciado por dalmata
Hola,



Me llaman a casa para trabajar en puestos de responsabilidad y los rechazo. (Ya lo dije, me considero un tipo con suerte, ¡encima me llaman a casa para ofrecer buenos trabajos!)

Gracias por leer hasta aquí.
Eso es q eres un tipo q vale mucho , creetelo y q tengas suerte.
 
Antiguo 18-oct-2005  

Suscribo las palabras de lobopeligroso, aunque dudo que sirve de mucho que yo lo diga. En fin, ánimo...
 
Antiguo 18-oct-2005  

Estás luchando contra eso, bien echo, por ahí se empieza. Sigue así y no te rindas. Me ha gustado mucho leerte, para nada veo nada malo y lo has escrito todo bastante bien. No le des más vueltas, los mejores escritos, por lo menos según mi punto de vista, son los que salen espontáneamente y del corazón.

Un abrazo, dálmata...
 
Antiguo 18-oct-2005  

Bienvenido Dalmata, encantado de leerte.
 
Antiguo 18-oct-2005  

Gracias a todos por leer y... escribir unas líneas. Por lo segundo sobretodo.

Hasta hoy, invento múltiples excusas para justificar que lo que hago entra dentro de la normalidad, aquello de "yo es que soy así". Pero ahora también me doy cuenta que yo puedo ser de otro modo, que esa normalidad no es la que me apetece vivir.

Lo digo porque esperaba que esto fuera la pantalla de mi ordenador de siempre, la pantalla muda que sólo recoge mis pensamientos. Pero en el fondo deseaba respuestas. Como las vuestras. Directas, claras, sin más pretensión. Puedo decir que no me ayudan a mejorar "porque yo soy así", pero no es cierto. Gracias a todos.

Es el tercer día que entro por aquí. Hasta ahora me han entrado más ganas de escribir que de leer. Una imperiosa necesidad de contar, opinar, relatar. Me viene pasando recientemente hasta el punto de preguntarme si he perdido la capacidad de saber escuchar. Siento a veces que si tengo que hablar, si me tengo que relacionar, si es necesario hacerlo para seguir con el hilo de la vida, no lo puedo hacer desde el margen. Y este tímido patológico que llevo dentro sale de su rincón y se sitúa bajo los focos con un exhibicionismo que a los ojos adiestrados no puede camuflar su complejo.

Siempre añorando la dorada mediocridad, o dicho en plan coloquial, el no tanto ni el tan calvo. Los extremos, la exageración de mi vida me atormentan.

He visitado varios de los apartados de este foro. Me he sentido reconocido en tantas voces... y en otras me he sentido ofendido! Problema mío por prestarle atención a lo que no lo merece. Me he sentido mal por irritarme y rebajarme a responder a ciertas intervenciones. Problema mío por no escoger lo bueno y olvidarme de lo malo.

Me he dado cuenta de que respondo precipitadamente sin pararme a leer los textos detenidamente y que uso estas páginas como bitácora. Así que he visto el enlace de los blogs, y otra vez, como un autómata, me he dado de alta. Intentaré canalizar allí mi propia voz y atender en estas páginas a las voces de los demás. A ver si lo consigo.
 
Antiguo 18-oct-2005  

Yo creo que precisamente plasmar tus pensamientos y sentimientos aquí también nos ayuda a los demás. No te lo guardes todo para tí. Yo ahora tengo ganas de leer, así que me va genial leerte. Y a la vez, voy aprendiendo cosas.

Ya es hora que dejes un poco de escuchar si es que te has pasado la vida escuchando, y hables tú. No te agobies por deshaogarte aquí, para eso es el foro a parte de ayudar a los demás. A veces ayudamos más contando nuestra historia que respondiendo a otros...

Un beso
 
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