Un chiste.
Habia un escritor, que ya no tenia ideas para sus libros, decidio ir a buscar nuevas ideas en un pueblito entre la gente. Llego al pueblo y vio a un anciano sentado en una banca y se acerco a él.
- Señor soy un gran escritor en busca de ideas para mis libros, ud como ha vivido tanto quizas pueda contarme
algo que pueda usar en una historia.
-Claro que sí, recuerdo una vez que aya en el monte se perdio una chiva de Pablo mi vecino, entonces nos organizamos todos los hombres, llevamos muchas botellas de mezcal y nos fuimos a la sierra a buscarla. Anduvimos durante tres dias buscando y bebiendo mezcal cuando al fin la encontramos... Como ya estabamos bien locos por el mezcal que agarramos la chivita y entre todos le hicimos el amor...
-Ahmm... oiga pero no puedo poner eso en mis libros, no sé... cuenteme algo mas humano, algo que haya pasado entre la gente de aqui del pueblo.
-Hhmmm, dejeme pensar... a ¡ya sé! un día que se pierde la mujer de Benjamin, aya en la sierra, entonces nos organizamos todos los hombres, nos fuimos a la sierra a buscarla, con nuestro mezcalito pa' beber. Anduvimos varios dias buscando y bebiendo mezcal, luego la encontramos... Como ya estabamos bien locos por el mezcal que agarramos a la mujer de Benjamin y entre todos le hicimos el amor...
-A que che... viejito, oiga no creo que tampoco era la idea... ya sé, mejor cuenteme una historia triste, algo nostalgico que recuerde y que pueda llegar al corazon de mis lectores.
Entonces al anciano se le nubla la vista, los ojos llorosos, la mirada perdida en la lejania...
Y comienza a decir con una voz quebrada por la tristeza:
- Pues una vez, aya en la sierra, me perdí yo...
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