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Antiguo 07-jul-2006  

Yo pienso un poco como Drizzt, me gusta la idea de ser como Don Quijote, pero un poco mas "Sanchificado" o con los pies más puestos en la tierra.
Yo creo que ya no puedo evitar ser idealista, siendo que tengo un hermano que murio por dar su vida por mi hermana, eso lo transforma en un heroe, y mas encima es de mi familia,es un gran ejemplo para mi el darme cuenta lo infinito que puede llegar a ser el amor por un ser querido, como dijo Jesús "no hay amor más grande que dar la vida por los amigos", eso mi hermano lo cumplio al pie de la letra... :( y me siento muy orgulloso de eso y con una pena tremenda de sentir su ausencia,
tambien me di cuenta de que el mundo es un mar de contradicciones y que vivir "alegre", tener ganas de vivir y ser "idealista"(aunque no tanto) merece el mas grande de los premios, es como viajar en contra de la corriente, como un Quijote, pero tiene sus concecuencias ser asi...
...mejor voy a ser yo mismo, ya me aburri de vivir un personaje, simplemente quiero vivir en paz y con la cruz en mi mano, y "navegar"...como dice mi papá.
Quizas me sali del tema, pero bueno
 
Antiguo 07-jul-2006  

Seguramente voy a decir una chorrada,pero desde chiquitita creo en la existencia de "esa persona" que lea tu alma sin necesidad de mayor expli-
cacion.
No se si los privilegiados que la encontraron(apuesto que son muy pocos)
estaran ya muertos, para contarlo.
 
Antiguo 08-jul-2006  

Filosofos, pensadores, poetas, escritores, cantautores han hablado del amor . Es algo que flota en el ambiente, que se refleja en los ojos de los enamorados, que va y viene sin avisar y que cuando menos los esperamos ya se ha esfumado. Son momentos mágicos y virtuales porque el secreto del mago cuando está delante del público es engañarlo sin que éste se de cuenta. De una e manera rápida y sutil, ejecuta sus juegos de magia y hace aparecer y desaparecer cosas sin mostrar sus trucos. De la misma manera, como por arte de magia , en el juego del amor siempre hay engaño. Un engaño maravillosos que el el propio enamorado se hace a sí mismo. No necesita público, el espectador es él y el objeto que aparece y desaparece será la persona amada. Podríamos decir que se establece una corriente de ternura , que confluye con una corriente sexual, hacia la persona elegida. Esta unión de ternura y de sexualidad será una de las bases del amor.

El "amor" es un engaño. ¿Por qué es un engaño? No se trata de un engaño con voluntad de engañar a nadie. El engaño está en pensar que el otro tiene una serie de cualidades inigualables, que es único y maravilloso, perfecto para nosotros, que podemos formar uno con el otro. Hay siempre una sobrestimación de este objeto amoroso y como consecuencia de ello una ofuscación del enamorado. Es el momento, de estar poseídos por el otro.

En el amor creemos que el otro tiene aquello que nos falta para complementarnos, para asegurarnos precisamente de que podemos continuar ignorando todo lo que nos falta. El sujeto enamorado se ve en el espacio del otro y el punto desde donde se mira se encuentra también en ese espacio. Es decir, el espacio desde donde el otro me ve tal como me gusta que me vean. ¿Qué ocurre cuando este encantamiento desaparece, cuando el sujeto despierta de este sueño, cuando le dan con la puerta en las narices y su enamorado o enamorada le dice que prefiere a otro más que a él? Pues que se desata la cólera, estalla la violencia, el odio; porque nadie le puede arrebatar aquello que él cree que le pertenece, que es suyo por naturaleza, que le corresponde aunque él ya lo tuviera olvidado. "La maté porque era mía", dice la película -léase- era de mi propiedad, era mi objeto amado, que me permitía pensar de una manera engañosa que aún sin quererla podía estar colmado. Si no es mía, no puede ser de nadie más."Una mujer viva, por lejos que esté, es una amenaza", dice Marcel. La película "La maté porque era mía", de un director francés, Patrice Leconte, más conocido por otro film "El marido de la peluquera". Es una comedia pasional, trepidante, que como música de fondo tiene el tango, no sin razón, ya que siempre hay una idea de fatalidad en el tango.

Paso a explicar muy brevemente la película:

Los protagonistas son tres hombres: Vincent, Marcel y Paul. Vincent, cuando se entera de que su mujer tiene un amante, decide matar a ambos. Acto que pone en práctica. El amante tiene un accidente de coche ya su mujer la deja caer desde su avioneta. En el juicio, el juez encargado de su sentencia (Marcel) lo declara inocente por falta de pruebas. Ni que decir tiene que Marcel es un hombre que detesta a las mujeres. Para su sorpresa, Vincent queda en libertad y, arrepentido por el crimen cometido, se aísla de la sociedad. Vive ensimismado en su casa. En ese momento, entra en escena Paul (sobrino de Marcel). Paul es un joven que ama apasionadamente a su mujer, pero no puede evitar sentirse atraído por otras mujeres y cae continuamente en la tentación. Cuando su mujer lo abandona, no puede soportar que esté viva, que se divierta, que vaya con otros hombres. Marcel, su tío, le aconseja que se libre de una vez por todas de ella, que la mate. 'Para mí un hombre que mata a su mujer no es un asesino, dirá Marcel.
Contratan a Vincent para que ejecute el trabajo, a base de coacciones porque él se niega de entrada. "¿Por qué la quieres matar? -Porque no puedo vivir sin ella, desde que me ha dejado-, responde Paul.
A partir de aquí, la película avanza a través de situaciones cómicas, chocantes y disparatadas. Se forma un trío de hombres: Objetivo eliminar a la mujer. Aunque este asesinato no llega a cumplirse. Se podrían hacer muchas lecturas de la película. De hecho el tema de fondo son las complicadas relaciones sexuales entre hombres y mujeres pero la película desemboca por el lado de la comedia, del humor, de lo que provoca risa.
¿De qué manera le cambia el "humor" a un enamorado? En un primer momento, podríamos decir que está de buen humor. Se le nota en la cara, en los ojos, en la expresión “es una especie de imbecilidad transitoria", como diría Ortega y Gasset. O sea sin frenar nuestra capacidad de razonamiento, sin reducir el mundo q nos rodea, no podríamos enamorarnos. Aunque este proceso sea ajeno muchas veces a nuestra voluntad..Eso en un primer momento, y no lo veo muy halagüeño. Pero, encima si, este amor falla, si se entra entra en la fase del desamor, este mismo sujeto pasará del buen humor al mal humor. O bien se puede caer preso de una depresión y ya si es cuando te mata.
 
Antiguo 09-jul-2006  

Amos a ver, seamos honestos (sin que siente precedente):

pa dar con alguien que te ayude a pagar la hipoteca no hay que montar tanta película.

¡Cómo semos los humanos! Siempre engatusando al prójimo.
 
Antiguo 09-jul-2006  



Uys es que a mi me encanta mirar mi realidad cómo me conviene, para que me guste y ser feliz. No veo otro camino cuando las cosas no son tan ideales cómo a una le gustaría.

Estoy con el amigo Drizz que lo que nos hace feliz no es tener una casa ni una pareja, sino creernos chachi piruli por lo bien que transformamos nuestra materialista realidad en imagenes mentales en las que sí podemos reconocernos y estar a gusto. Es un ejercicio personal ya sé igual hago mal en exponerlo al público. Pero es escribiendo para otros y cuando te dejas ver cuando esta imagen tiene más consistencia.

Y el que no sepa hacerlo y le de envidia, que mire para otro lado ... (lo digo tb siendo honesta y sin que sirva de precedente)
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Hablar, escribir, leer esas cosas no es en balde.
Puede hacernos llegar, por lo menos, a amar en otro lugar: amar el lenguaje, el habla. Y en tiempos de internet no es poca cosa. Amar las palabras. Amarlas. Es decir, saber algo más de ellas. Tener por ellas algo más que curiosidad. Párense a oír el lenguaje de las palabras. No crean que el amor por otras cosas se diferencia mucho de eso. Mírenlas con cariño. Averigüen quiénes fueron sus padres, sus abuelos. Qué historias arrastran. Cómo se emparejaron con otras lenguas. Cómo con ellas se artículo el arte que las combina, que juega con sus posibilidades. Vean hasta qué punto son necesarias pues muchas veces sirven de andamio para algo tan extraordinario como es la música.
¿Se pararon a pensar lo extraordinaria que es la música?
Sí, ya sé, la tienen accesible, normalizada, asépticamente filtrada, clorada y esterilizada; sólo así se entiende la existencia de un Bisbal o un Julio Iglesias, muy obedientes ellos a lo que no es música.. Párense a pensar un poco qué es eso de la música. ¿Cómo no amar algo tan bello?

Pero recuperemos el inicio de todo esto.

El amor es el encuentro de dos incógnitas que suele narrarse en un marco: el tiempo, el lugar y la palabra dicha (si quieren, añadan: y oportuna. Lo digo porque algunos son muy torpes o muy infatuados en su habla y lo estropean todo en el primer intento).

¿Qué pasa después? Digamos, aparte de hablar.
Suele pasar que con el tiempo, la perspectiva desde donde veíamos al otro se va reduciendo, va focalizando mejor el objetivo, y resulta que donde hubo un torrente de incógnitas, va emergiendo lo peor de ellas. Empezando por ese velo en los ojos que nos permitió ver con exactitud y claridad la persona esperada y ahora se levanta para ver mejor lo que tendrían que sellar los párpados:
¡Oh, no es él! ¡Oh, no es ella!

Y esa incógnita, pasado el tiempo, camina hacia lo peor: querer saber por qué esa persona y no otra. Vuelta a empezar: fortalecimiento de las defensas, de los ataques, de los malestares, de las incompletudes, etc., y, paralelamente, la creciente hostilidad hacia aquel ser extraño que nos impide vivir solos. O sea, en vez de agradecérselo, todo lo contrario. Y volver a empezar de empezar: a buscar un nuevo encuentro, un poquito diferente, eso sí, para que parezca nuevo cuando en realidad no es más que una repetición del anterior.

Verán que se produce un proceso que va desde el encumbramiento del otro otorgándole más atributos de los que él quisiera hasta la devastación de ese mismo otro. Y todo, a veces, no queda ahí. Se quiere más. No sólo devastar a quien nos permitió ser idiotas y felices sino devastar también la historia de todo eso.

Por eso me gustaría citar algo de la fidelidad. Sobre todo ahora en que otra de las zanahorias de lo que llaman nuevo capitalismo (cuando es más viejo que la tos) insiste en un concepto imposible de digerir, ni siquiera filológicamente contemplado pero admitido con una normalidad alarmante, como es el de "fidelización". Un concepto tan absurdo como el de la "personalización", es decir: clonar a los consumidores mediante el slogan "sé tu mismo". La fidelidad, perdónenme el atrevimiento, es voluntaria, subjetiva, libre, personal, intransferible. No me extiendo para que no acaben deduciendo lo que ya sospechan: que soy víctima del barroquismo valenciano, de ciertos excesos verborreicos. ¿Cómo, entonces, se puede otorgar nadie el poder hacer fiel a nadie? ¿Cómo, para que me entiendan mejor, piensan que con una tarjeta monetaria van a fidelizar al cliente? Esa relación es viciosa, en el peor sentido de la palabra. Con esa tarjeta no se hace fiel a nadie, se le hace esclavo, que, eso sí, es uno de los espejismos del amor.

La fidelidad, si me siguen con la misma condescendencia como hasta ahora, es otra cosa

No hagamos más elegías ni más romanticismo. Digamos: aún en el peor de los casos, la fidelidad es...a uno mismo, con lo cual citamos a otro poeta: Dylan Thomas.

Sé fiel a ti mismo. Será más fácil ser fiel al otro

Ahora bien, falta saber si ese otro, puede hacerse cargo de tamaña carga. Y, a juzgar por los tiempos que corren, que yo resumiría precipitadamente en una característica, a saber, la pasión de ignorancia, puede pasar que ese otro no quiera saber nada del compromiso al que es convocado.


Y cómo hace falta, la función del “amorólogo” está en la televisión o en internet, en dónde se ha creado un espejismo de que se está hablando del amor. Pero de lo que se está hablando es de una obscenidad terrible que es hablar de, o aprovecharse de las incógnitas de la gente para hacer de eso espectáculo. Pero no cabe duda de que la gente, si es verdad que eso es la "audiencia", existe para ver esas cosas. Luego, creo que por ahí se está cubriendo algo de la falta de "amorología" en todos los colectivos.

Bueno pues habíamos quedado en que el amor sí hay que mirarlo desde la creación y desde la invención.

Muchos piensan, Harold Bloom por ejemplo, pero no estoy de acuerdo en que ya estaba todo inventado, prácticamente, desde Shakespeare. Hablan de la falta de creación, en la medida en que las piezas del ajedrez están colocadas y las reglas son las que son, como, si quieren, nuestras vidas: está todo colocado ahí. Pero cada jugada, incluso cada inicio de partida, puede determinar diferentemente las demás jugadas... y para mi la creación es eso.

Pero en definitiva, qué diferencia puede haber entre creación e invención. La creación ya podría ser invención?
Si acaso..., para salirme por la tangente, diría que se diferencia en que todas las invenciones han hecho lo que la ciencia le niega: dejar actuar al sujeto.
La ciencia dice: para que eso sea verdad, sea científico, tiene que reproducirse en laboratorio, etc.
Pero no, porque realmente la historia de la ciencia es una historia de casualidades; sí, hay un trabajo continuo, pero de repente Madame Curie se encuentra con el polonio, o Volta con el filamento para la bombilla, de casualidad.
En esos ejemplos es donde creo que podríamos situar el campo de las invenciones. Pero a pesar de eso, en estos momentos me cuesta pensar la diferencia entre invención y creación.

Así que el amor, no sólo desde el punto de vista subjetivo es una creación, sino desde el social. Porque cuando se habla de que amor cortés es un producto del siglo XIV, o es una producción literaria.Así cada época tiene sus modos de amor o de relación entre las incógnitas. Pero en la sociedad actual no hay propiamente un discurso sobre el amor que tenga que ver con el posmodernismo, con el mundo global, con este capitalismo actual.
Lo único que parece cierto es que se contagia, cómo todo lo actual, del cientifismo. Se hablaba de tiempo y de resultados: de si enamorarse da mucho trabajo o no de si es rentable o no lo es.
Pero en la Historia acerca del amor, pocas diferencias. Hay quien dice que el amor cortés, que las cruzadas, todo fue un invento, no en el amor, sino al contrario un gran invento de los hombres para escapar de sus esposas. Pero no, fue un gran invento. Se corría poco riesgo porque en la medida en que en el amor cortés la amada es imposible -con lo cual se ajusta perfectamente a lo que puede ser la estructura de un varón- entonces genial!, no se pone en riesgo nada.

Porque lo que pasa es que el amor pone en riesgo una cosa que nombraré con el vocablo de moda: la autoestima, el reforzamiento de la autoestima.

Todas esas cosas, ya saben, ese ejército de psicólogos que van cuando...eh?...como antes iban los curas cuando hay una hecatombe......yo estoy asombrada, siempre me pregunto ¿pero qué función está cumpliendo toda esta gente? Bueno, pues lo que pasa ahí es que hay un punto que poca gente está dispuesta a arriesgar, a compartir con otro las faltas, lo que de verdad uno es, no lo que se cree que es, sino lo que es ( y a eso los psicólogos ayudan) : que uno tiene ganas de que le abracen, de que le toquen la manita, de ir con alguien, de estar calentito...ea!, de que un día entra en esa casa y se encuentre que le han hecho unas patatitas muy bien hechas. Oiga, pues entre en esa casa y dígale: "gracias", que no cuesta nada.

La autoestima incólume me parece dificilísima y más en estos tiempos que corren, pues conceptos que yo he conocido, por ejemplo el de la solidaridad, han desaparecido. Yo, al menos, estoy encantada de haber vivido, por razones de mi edad, la solidaridad , ejemplos en política, en el núcleo familiar, pues siempre hay un tío raro, un abuelo extraño, en fin eso crea un campo, una burbuja donde poder acogerse a algo. Esto ha desaparecido y hay una querencia por ello muy grave.

Bueno y están tambien, los otros amores. No se equivoquen, no se trata del bolero cómo amar a dos mujeres y no estar loco. Porque el bolero tiene razón. Son otros amores.

Por ejemplo, si uno es amado. Cuidado, entonces. Si uno es amado, es muy probable que se transforme en amante. Es esa curiosa y maravillosa metáfora del amor: el amado deviene amante.

También está el amor paterno, incluyendo en ese genérico a la madre. Es más, incluyéndola con esa boca grande de cocodrilo que conocimos desde que nacimos. El amor de madre. Cuídense de él con tino. Aprendan a guardar la distancia conveniente. Recuerden esta frase: hay amores que matan. Un exceso de amor puede llegar tan lejos que intente cubrir nuestra falta en ser. Entonces ha de sonar la señal de alarma. Hay que decir, como los clásicos castellanos: déjame en paz, amor tirano. Si llegan a hacernos creer que satisfacen todas nuestras demandas, ¿qué demandaremos nosotros? ¿Qué nos quedará por anhelar?

Ese exceso de amor volverá un día con otro pasaporte: el del altruista. Librémonos de él con mayor tino. Estamos rodeados de altruistas. Ejércitos que quieren nuestro bien. A veces no tienen bastante y se reúnen en algo que ahora llaman ONGs. Miren qué peligrosos son: arrebataron a la larga historia del movimiento obrero, historia que tanta sangre costó, la insistencia en reclamar lo robado por la plusvalía. El Estado ha decidido que son más baratos de mantener que las consecuencias de la lucha de clases. De ahí, las subvenciones. Volvemos a lo de antes: resultados.

Y está el amor extraño. Ese que nace porque no se sabe por qué. Ese que nos provoca un funcionario en una ventanilla que un día no nos trató mal. O ese médico que nos atendió más tiempo del que disponía por el aparato de la Seguridad Social. O ese que se paró dos minutos para escucharnos. Otra vez los poetas dijeron la suya. Si recuerdan la canción de Georges Brassens, "L'Auvergnat", sabrán de qué hablo. Es de ese amor que nos nace porque nos dieron nada con forma de algo que no habíamos pedido explícitamente.

Vayamos resumiendo: el amor por los arraigos, por la memoria que de ellos tenemos (no es lo mismo), por las vivencias, por su traducción (no es lo mismo) por el otro o el mismo sexo (no es lo mismo), por las palabras, por la lengua (no es lo mismo), por el amigo, por la música, por un gesto, por un signo, por quien nos escucha y no hace de eso una canallada, por el sostén que nos sostendrá en cada momento real, es decir: en cada momento en que la soledad deviene solitud.

Eso del amor está muy distribuido, ¿no creen? Y eso que en todo momento eludí ese hermano gemelo y también incógnito que es el odio. Pero creo que ya se habló de ese odio a si mismo que no puede soportar su incompletud, su necesidad de otro, y le devuelve más odio, a veces peor: violencia. Maltrato.

Muy distribuido eso del amor, muy disperso, y sin embargo nos hacen creer que es una cuestión muy focalizada. Tanto que hasta hay asesores matrimoniales y sexólogos. Los hay porque vivimos en un tiempo virtual en que se quiere resultados. Aunque los resultados acaben en esa impotencia que es comprobar la imposibilidad de las recetas universales. En la medida en que focalicemos la cuestión, o sea, la reduzcamos, podremos servir mejor a los fines de algo que nos reduce a ser esclavos y, por ende, obedientes, aterrados ante la anormalidad con la que nos autodiagnosticamos (¿Por qué no soy feliz, si todo el mundo lo es?), salvados.
Salvados, en el sentido empleado por Benedetti en "No te salves".
El atajo de la salvación..
Pero ya dicen los cubanos, y de eso saben mucho: "Óigame, Compay, no deje el camino por coger la vereda".
¿El atajo de qué? Precisamente el atajo hacia algo que no acabó de leerse bien en Freud: el atajo que recomienda la pulsión de muerte. La calma. El descanso. El silencio. La esperanza de volver a un paraíso perdido que, en realidad, nunca existió.

Y traicionar, con ello, el paraíso particular que construimos con nuestros actos cada día. El paraíso que estamos dispuestos a compartir con otro al que amamos.
Si es que se deja, por cierto.
 
Antiguo 09-jul-2006  

ay q ver isaver lo q mas exo leer,yo lei algo de q somos p-tos animales,q el amor como lo producia el cuerpo para centrarnos en un@ y procrear,no se si sera cierto pero desde luego queda mas bonito decir cosas como q el amante reposa junto a la cosa amada,y cosas de esas,con mi primera chica senti eso q llaman amor q prodia aver exo asta locuras por ella,y cuando me dejo, al cabo del tiempo me invadio la sensatez,,y segun me van dejando las chicas cada vez me duele menos,me vuelvo como mas esceptico,por un lado es triste pero por otro es como ,si tu no me quieres yo no te quiero, aunq sea mentira ,y solo te quiero porq tu no me quieres, bastante estupido si,pero ese es otro tema :P :(
 
Antiguo 09-jul-2006  

Cita:
Uys es que a mi me encanta mirar mi realidad cómo me conviene, para que me guste y ser feliz.
Muy práctico, pero ¿honesto?


Cita:
Y el que no sepa hacerlo y le de envidia, que mire para otro lado ... (lo digo tb siendo honesta y sin que sirva de precedente)

Todos sabemos hacerlo. Ninguna envidia. Es fácil.

Lo difícil es lo otro.

Cita:
El paraíso que estamos dispuestos a compartir con otro al que amamos.
Si es que se deja, por cierto.
Pobre de quien se deje.
Pero ningún problema. Hay gente pa to.
Siempre habrá alguien que se amolde al "como me conviene" de otro, seguramente.

Bueno, no me meto más en ello. Cada quien es cada cual... y baja las escaleras como quiere.

Salud.
 
Antiguo 09-jul-2006  

Cita:
Iniciado por mentegato
Cita:
El paraíso que estamos dispuestos a compartir con otro al que amamos.
Si es que se deja, por cierto.
Pobre de quien se deje
Pero ningún problema. Hay gente pa to.
Siempre habrá alguien que se amolde al "como me conviene" de otro, seguramente.
Pues que poca solidaridad hay en este foro

Muestras una debilidad y allá que va un menoscabador, para agarrarte de la pierna, y tirar de tí hacia abajo.
Su estrategia es simple, consiste en reiterar lo que tú ya pensabas de ti, en repetirte todo lo malo que tu piensas que eres. De forma sutil o no tan sutil, claro.
Me quejo pq recibir este comportamiento, es sumamente dañino.
En la lucha que emprendes para sentirte mejor, para salir del pozo en el que estás, lo que menos necesitas es una persona que se dedique a tirar de ti hacia abajo, a hundirte.
El comportamiento se parece al del chantajista emocional, es decir, si por un momento le concedes crédito a todas las pamplinas que te diga (que no lo hago claro, faltaría más) solo consigo socavar mi persona, y obstaculizar mi avance hacia la recuperación de toda la autoestima posible.

Ya entiendo que con gente que se comporta así, para vengarse cuando se le acaba el amor, ya no les es posible el arreglo desde la invención. Dos personas pueden vivir bien juntas aunque no se tengan ya mariposas en el estómago. Pero no, ahí están para minusvalorarte y que te sientas una p*** mierda, ante todo lo que intentes por ti misma.

No si ya lo intuía yo, que dentro de lo que cabe tengo suerte... "Virgencita, virgencita que me quede cómo estaba"

Suerte y que te vaya bien bonito.
 
Respuesta


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