También las vigilias sacudidas agitan la creatividad. El inventor de la
iBOT casi se esmorra al resbalar en la ducha, y, como quiera que su cerebro compensó la inestabilidad de su pose con un presto control reflejo, reparó muy acertadamente en que la misma proeza puede lograr un amasijo de chips, sensores y giróscopos.
Pero... contestando al título: no, ¿y tú?