Fumarla está buena cuando estás de buen humor, y susceptible a la risa; cuando estás triste o susceptible a tener pensamientos que juegan en tu contra puede llegar a ser un infierno y luego te da sueño. Lo digo por experiencia, la fumé cuando no estaba del todo bien y en vez de alegrarme me empeoró la vida, en cambio cuando estaba alegre me hiso sentir el hombre más feliz.
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