Siempre pienso que voy a morir de un paro cardíaco, pero esto es bastante incierto, aunque no imposible, pues he hecho méritos sometiéndome a un estilo de vida bastante humillante y degradante.
Luego, en paralelo, pienso que, si no avanzo un ápice en los próximos años de mi vida, entonces sí, no me queda otra opción que unir en amoroso consorcio a la prepotente Soga con el dulcísimo Cuello.
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